El 2 de setiembre de 2020 fue un día tristísimo para Carlos Paz y la región. Tras un accidente automovilístico, murió el padre Víctor Saulo Acha en el Sanatorio Punilla en el que estaba internado. Tenía 80 años.

El cura cumplió un enorme rol religioso y social en nuestra región y en sus últimos años vivía en Cabalango.

Su perfil de Facebook desbordó de muestras de afecto en los últimos días de sus amigos y conocidos que extrañan su trato cotidiano, su sonrisa y sus palabras de aliento.

Una semblanza de Víctor Acha

El periodista Alejandro Gómez, muy cercano al padre Acha, escribió una semblanza en La Jornada luego de la desaparición física del sacerdote.

Mientras estudiaba en la Facultad de Medicina, Acha encontró su vocación sacerdotal y, a los 20 años, ingresó a Seminario Mayor de Córdoba. Allí se formó en la fe cristiana y trabajó con un grupo de seminaristas y el Padre “Vasco” Irazábal en tres comunidades que comprendían los Barrios Comercial, Villa El Libertador y Mirizzi de la ciudad de Córdoba.

El 14 de septiembre de 1968 fue ordenado sacerdote. Su primer destino fue la Parroquia de Villa El Libertador. Allí lideró una sólida comunidad parroquial y la opción pastoral por los más pobres se plasmó en luchas por necesidades concretas como agua, alumbrado, teléfono, escuelas, salud…

Su participación en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que recién surgía, se dio en esta misma línea.

A la par de sus tareas como sacerdote Acha trabajó, hasta fines de 1975, la mitad del día como obrero en diversas labores para su sustento.

La decisión de estar cerca de los sectores marginados de la sociedad no fue gratis. Y tanto la comunidad de Villa El Libertador como él mismo, fueron objeto de una feroz persecución por parte de las fuerzas militares y policiales. Para graficar esto, solo alcanza con decir que se realizaron más de una decena de allanamientos en la parroquia hasta que, en noviembre de 1975, decidió partir al exilio. Fueron cinco años fuera de Córdoba. Parte de ese tiempo lo empleó en estudiar en el Instituto del Episcopado Latinoamericano en Colombia.

En enero de 1981 fue designado por el cardenal Raúl Primatesta a cargo de la Parroquia San José en Villa Carlos Paz.

Si bien las características de esta comunidad eran bien diferentes a su primer destino (la parroquia está enclavada en un barrio de clase media) los lineamientos pastorales se mantuvieron. Y al mismo tiempo que se desarrolló una fuerte comunidad con un particular trabajo con familias y jóvenes, el foco también estuvo puesto en acompañar a los más necesitados. Una comprometida labor en el Paraje La Juanita da cuenta de ello.

Pero Acha también tuvo una formidable formación académica. Su especialización en Teología Pastoral Catequística lo llevó a comprometerse en ámbitos educativos, siendo Profesor de Teología Pastoral en el seminario donde se había formado y en el CEFYT, otro centro de formación teológica para seminaristas de comunidades religiosas. Se desempeñó igualmente en responsabilidades en Córdoba y en el país en la conducción de organismos catequísticos del episcopado y formó parte y fue Rector del Instituto Superior de Catequesis Argentino (ISCA) y vicepresidente de la Sociedad de Catequistas Latinoamericanos (SCALA).

En 2001 pasó a la Parroquia Nuestra Señora de Fátima en Cosquín y en 2006 a la Parroquia Nuestra Señora del Valle (conocida como La Cripta) en la ciudad de Córdoba, sucediendo en esa tarea al Padre Guillermo “Quito” Mariani.

Desde 2011 dejó todo cargo institucional, y pasó a colaborar como sacerdote en algunas actividades de la Parroquia de Tanti y su zona de influencia.

En Villa Carlos Paz, mantenía fuertes lazos con el Refugio Nocturno y Hogar de Tránsito Cura Brochero.