Foto: Archivo Gustavo Farías

Milanesio, Campana y Osella entre tantas otras figuras del basquet mundial estuvieron presentes en la capital cordobesa, una de las sedes de la competencia mundial.

Año 1990, cancha improvisada -no por eso desprolija- en el Complejo Ferial con un acondicionamiento total del ‘estadio’ para más de 4000 personas y toda la ilusión argentina en torno a un gran equipo que, según declaraciones de algunos de sus protagonistas, “no confiaron, como debieron, en ellos mismos”.

El contexto dirigencial de aquel momento no era el mejor. En el medio de peleas internas entre representantes de capital y del interior, se decidió que Bahía Blanca (la denominada capital del básquet) no sería sede y que Argentina jugaría en Córdoba, junto a Canadá, URSS y Egipto.

Foto: Archivo Gustavo Farias

Marcelo Milanesio venía de ser campeón con Atenas y “Pichi” Campana había logrado una espectacular temporada en River Plate, donde promedió más de 44 puntos por partido (récord aún vigente). Su aporte era “la” esperanza argentina pero a menos de una semana para el comienzo del certamen, una inoportuna lesión en un tobillo lo limitó en su rendimiento y no pudo ser el jugador que él y todos soñaban.

La competencia tuvo el resultado que se especulaba. Regular. Con una vibrante victoria ante Canadá en el último partido clasificatorio, Argentina pasó a la segunda ronda que se disputó en Buenos Aires, en el mítico Luna Park. No logró ganar ningún partido y finalizó en la octava posición. El campeón fue Yugoslavia, con un plantel repleto de figuras.

Con información de deportes.cba