Por Augusto Cesar Grosso Porciani. Villa Carlos Paz, es una ciudad que ostenta un marco normativo de avanzada, si lo pudiéramos comparar con otros municipios de la provincia e incluso del país.

Nuestra Carta Orgánica Municipal, vigente desde finales de la década de 2000 y siguiendo los principios de nuestro marco normativo nacional y provincial, es taxativa cuando afirma que la Soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce a través de sus representantes (…).

Sin embargo, el gobierno municipal se ha encargado a lo largo de sus ya 11 años de “gestión”, de subirle el precio al Poder Ejecutivo, en desmedro del Poder Legislativo, espacio de representación ciudadana por excelencia.

El Concejo de Representantes es el Poder del Estado que se encuentra más cercano a la ciudadanía, además de contar con una representación amplia y plural, convirtiendo a esta institución en un mosaico de representación política.

Aquí, es donde se legislan las disposiciones que afectan y afectaran la vida de cada vecino y de cada contribuyente, es decir, es el lugar donde se definen las reglas de juego para quienes viven en Villa Carlos Paz. Entonces ¿puede un “referente político” o un solo bloque legislativo, arrogarse semejante función?

Evidentemente, el gobierno de Carlos Paz Unido, ha transformado el Poder Legislativo local en una escribanía, que resuelve los intereses del (ex)intendente por sobre los vecinos. De los 254 proyectos presentados por el oficialismo (183 presentados por el DEM) se aprobaron el 86%, muchos de ellos acompañados por los bloques de las minorías.

Sin embargo, el 94% de los proyectos presentados por los bloques minoritarios (283 proyectos), se encuentran en comisión. Esto significa, que el oficialismo decidió no tratarlos, dejarlos en comisión de trabajo sin que esta sea convocada, lo que en la práctica se ha vuelto un rechazo concreto.

De lo anterior, se desprende entonces que el Poder Legislativo solo opera bajo orden y dirección del (ex)intendente municipal, donde el ninguneo no es para con los concejales de las distintas minorías, sino para con los vecinos, que ven su soberanía atacada y vulnerada por los intereses de un grupo minoritario, que hoy gobierna la ciudad.

En este sentido, hablar de gestión comunitaria no es más que un relato que lejos está de la práctica real, o lo que sería más preocupante, una gestión que asume que sus propios intereses son de la comunidad, mientras ningunea la pluralidad y heterogeneidad propia de la política y de toda sociedad libre y democrática. ¿Alguien dijo totalitarios?

Mientras estamos atentos a lo que sucede con las principales variables macroeconómicas nacionales y vemos como el poder de nuestra moneda nacional, pierde fuerza contra la divisa norteamericana, en Villa Carlos Paz, el gobierno local avanza de forma decidida para devaluar los mecanismos e instituciones democráticas de nuestra ciudad.

Concejales que no son recibidos por funcionarios del Poder Ejecutivo, pedidos de informes rechazados por el oficialismo, instituciones de la carta orgánica que, en el mejor de los casos, funcionan de manera formal y no real, instituciones intermedias jaqueadas por intereses partidarios y una ciudadanía que sin información a la mano, mira expectante como “la política” se aleja de sus vidas cotidianas.

Si la soberanía reside en el pueblo, son y deben ser los integrantes de nuestro Concejo de Representantes, quienes tomen las decisiones que hacen a la vida en sociedad, dentro de nuestro ejido municipal.

Dejar esta tarea en manos de un intendente, y utilizar la mayoría automática para frenar todo pedido de información o proyecto legislativo que tenga origen en vecinos representados por otro bloque legislativo, no es otra cosa, que un proceder híper personalista, y entonces sí, un gobierno con fuerte sentido totalitario.

 

Es Licenciado y profesor en Ciencia Política y colaborador del concejal Jorge Lassaga.