Todo el cordón montañoso más alto de Córdoba recibió una intensa nevada que hubiese generado un movimiento incesante de automóviles hacia cualquier punto accesible por ruta o camino, siempre y cuando no estemos en medio de una pandemia. Así mismo, el esperado fenómeno natural tuvo a unos cuantos visitantes  “permitidos” en Los Gigantes.

Desde el mediodía de este miércoles hasta entrada la noche, no dejó de nevar en las cercanías al macizo lo que hizo copiosa la nieve acumulada que se mantuvo por las bajísimas temperaturas registradas anoche. Sandra Pedernera, de La Rotonda, contó a Carlos Paz Vivo! que fueron aproximadamente 80 personas las que se acercaron hasta la base de Los Gigantes para jugar y disfrutar con la nieve del lugar. Así mismo, aclaró que es sólo un 25% de lo que generalmente reciben en estas ocasiones.

En primera persona

Solamente podía comenzar el camino de montaña en trepada desde barrio El Durazno toda persona residente en Tanti. Unos provilegiados, todo para ellos y ellas. Para el resto, la nieve acumulada en la Ruta 28 camino a Los Gigantes, fue sólo un deleite virtual.

En mi caso, al permiso de circulación de prensa adjunté mis datos a los inspectores municipales y recorrí el tramo sin complicaciones. También me sentí un privilegiado.

El espléndido amanecer de invierno de este jueves auguraba un buen viaje así que agarré coraje, tomé más coraje y me destapé completo. Remera, buzo, pantalón, sweater campera, campera. Veinte segundos después ya estaba calentando el agua para el mate. Ansioso.

Equipo listo, partimos hacia la aventura.

Salimos de la sinuosidad de El Durazno y el sol repinta a cada segundo el paisaje que rodea al camino. Me olvido de la nieve. Recién llegando a Cerro Blanco, algunos rincones con nieve, oscuros, de espaldas al rey astro. Así, hasta Mataderos. Luego, el aire y los colores, cambian.

Viejos árboles hoy sin hojas en medio de la ‘nada’ blanca. Cada espacio plano de las estancias, blanco. Algunos caballos y otros pocos bovinos, solitarios en el frío.

Más arriba, la nieve se hizo más copiosa en el piso del -casi- triángulo entre el trazado de la ruta, Casas Nuevas y La Rotonda. Muchas familias, algunos desayunando. Otros ya con el almuerzo en sus manos. Quince centímetros aproximados de espuma blanca que bastaron para que las más pequeñas manos flasharan un señor gigante con nariz de zanahoria y brazos de palo.

Esas niñas y niños, privados de tantas cosas durante este 2020, disfrutaron de la (hermosa por igual) contracara del asado o el mate en el río con las ‘patitas’ en el agua. Todo un delirio para su edad.

Para nosotros, los “grandes”, es otro detalle más que nos regalan estas perfectas sierras en las que nacimos (o elegimos) para vivir. Siempre pidiéndonos nada. O nada más que ser respetuosos y cuidarlas.