Este fin de semana, la actriz Valentina Bassi estuvo en Córdoba participando de las presentaciones de la obra teatral La ratonera, uno de los policiales más conocidos de todos los tiempos, escrito por Agatha Christie y dirigido por Jorge Azurmendi.

Actualmente, Valentina se encuentra haciendo una gira nacional con la obra, que comenzó en Córdoba y que comparte junto a figuras como Gloria Carrá, Fabio Di Tomaso, Fabián Mazzei, Walter Quiróz,  la actuación especial de Hugo Arana, María Rosa Fugazot y Daniel Miglioranza.

Aprovechando su paso por nuestra provincia, Carlos Paz Vivo! entrevistó a la actriz, quien habló  sobre su pasado, presente profesional y del tratamiento con aceite de cannabis que realiza su hijo. Cabe destacar que Bassi es una de las defensoras del uso medicinal del cannabis. La actriz utiliza aceite de cannabis que ella misma cultiva, como complemento de un tratamiento integral que lleva a cabo su hijo Lisandro, quien tiene autismo.

¿Cómo es hoy la vida artística de Valentina Bassi?  

-Por ahora estoy cien por ciento abocada a esta obra de teatro, que me encanta. Comenzamos la gira, nos esperan tres meses agitados de dar vueltas por todo el país. Me siento feliz de estar en Córdoba, es una provincia realmente hermosa.  Además, hacer un policial de Agatha Christie es fantástico porque no decepciona nunca. Es un género puro, clásico, policial y comedia, porque Christie tenía muchísimo sentido del humor y hacía policiales a lo Hitchcock, muy lúdicos.

Lo que más me gusta de la obra es que se plantea como un juego, el juego de descubrir juntos quién es el asesino. Te va tirando pistas, y le pasa a uno cuando la lee por primera vez que piensa qué personaje será realmente el asesino. Te mete en un  relato que da mucho placer. Además, con los elementos de la comedia que encontramos entre todos los actores, hace que la obra sea muy disfrutable. Yo interpreto a Miss Casewell, quien tiene cosas que esconder como todos los personajes, por eso es sospechosa también del asesinato.

¿Disfrutás de las giras?

-Sí, estoy muy contenta. Ya hice gira con otros espectáculos y la pasé muy bien. Es muy lindo ir adaptándose a otros espacios porque los teatros son todos diferentes, y a otro público. La verdad me gusta mucho, cada vez que puedo lo hago, a veces se me complica porque hay un trabajo de logística complicado y más si tenés un hijo. Pero cuando lo puedo organizar lo hago, porque es un verdadero placer. Es recorrer el país haciendo teatro, una alegría.

nunca más me tocó trabajar en algo como el caso maria soledad, fue un trabajo único

Ahora que mencionás a tu hijo, sos una de las defensoras del uso medicinal del cannabis ¿actualmente lo seguís usando para mejorar su calidad de vida?

-Sí, así es, estoy usando cannabis medicinal para el tratamiento de mi hijo. Lo cultivo yo para estar segura de lo que le estoy dando. Así sé qué Cannabidiol o CBD (componente medicinal) le doy,  qué THC (componente psicoactivo  del cannabis) cuánto, para estar segura  también de que no tenga pesticidas.  Al ser ilegal, meterse en el mercado negro para conseguirlo y comprar de ese modo, no es tan recomendable. Así que aquellos que quieran iniciar el camino del cannabis medicinal, hoy, que no hay una ley que sirva demasiado, yo les aconsejo  acercarse a una red solidaria que enseñe a cultivar, a hacer la medicina, que explique para qué sirve y para qué no. Porque para algunas cosas sirve, pero no para todas. Me parece hoy, el único camino posible.

Ojalá se reglamente como corresponde la ley de cannabis medicinal y haya cannabis medicinal para todos, y que el autocultivo también sea legal, para que el que quiera hacer su propia medicina para su hijo o para sí mismo, lo pueda hacer. Y que aquel que no puede hacer su propia medicina porque no tiene tiempo, ni ganas, ni espacio para cultivar, pueda ir a un dispensario y adquirir la medicina a un valor ético y razonable. Eso es lo que vislumbro como un futuro óptimo. Ojalá de a poquito eso vaya sucediendo, porque cada vez son más las personas que se acercan al cannabis medicinal.

¿Cómo fue que te acercaste vos al cannabis medicinal?

-Cuando la alopatía (medicina alopática) hace agua, uno se acerca al cannabis medicinal. En el espacio, en el agujero que deja la alopatía, ahí se mete el cannabis medicinal, porque muchas veces logra terapias complementarias y suplementarias con la alopatía. En mi caso resultó, así que estoy muy contenta.

¿Lo llevás de gira a Lisandro?

-Sí, a veces voy con él y a veces voy sola. La vamos organizando, y después se verá. Mi trabajo es muy después se verá (ríe) así que estoy muy acostumbrada a trabajar con ese después se verá.

Al escucharte, no puedo dejar de preguntarte si alguna vez en tu carrera volviste a repetir una experiencia tan fuerte como el haber interpretado a María Soledad Morales, en el filme de Héctor Olivera. Primero porque fue un trabajo impactante, y por otro lado, porque fue uno de los primeros femicidios vinculados al poder en la Argentina, cuando todavía no se hablaba en términos de femicidio.

-Sí, “El caso María Soledad”, la película, fue mi primer trabajo profesional. Yo había hecho teatro en Trelew, Chubut, soy de allí, pero nada más. Estaba estudiando en Buenos Aires. Entonces arrancar con semejante personaje en una película de Olivera, con esa temática, fue fortísimo. Conmovedor por todos lados, súper movilizante. También fue el inicio de mi carrera, entonces también fue la puerta a otros trabajos.  Entonces está todo mezclado en esa película. Es imposible olvidarse de ese trabajo por ser el primero, y por ser tan importante.

Y respecto a lo que decís de los femicidios, tenés razón, se hablaba de crímenes pasionales en esa época, no de femicidios. Por suerte ahora se sabe que no son crímenes cualquieras, que son femicidios. Por suerte también, en el caso María Soledad, si bien no se hizo justicia en su totalidad, hubo presos, hubo una justicia después de mucho tiempo de luchar, y para mí fue un ejemplo.  La familia Morales fue un ejemplo de lucha.

Todas las actrices que trabajamos en la película, Carolina Fal, Belén Blanco, siempre estuvimos muy conmovidas con el caso. Y la verdad es que nunca más me tocó trabajar en algo como eso, fue un trabajo único. Fue una ficción de algo completamente real, porque el crimen había pasado hacía tres años de cuando filmamos y las marchas del silencio buscando justicia se estaban haciendo. Se mezclaba la ficción y la realidad de una forma asombrosa y espeluznante. Sin lugar a dudas, no creo que haya una película así.