“Hasta que los niños no estén vacunados, no se terminará fácilmente con la pandemia”, declaró el virólogo alemán y profesor de la Clínica Universitaria Charité de Berlín, Félix Drexler a la Deutsche Welle y continuó: “Como otros grupos etarios, los niños actualmente juegan un papel importante en la continuación de la pandemia”.

En la misma línea, el grupo asesor para emergencias científicas de Reino Unido (Sage, por sus siglas en inglés) indicó que hasta que todos, incluidos los niños, no se vacunen, todavía existe un “riesgo significativo de resurgimiento” del virus.

Y en ese sentido, los laboratorios Moderna y AstraZeneca comenzaron a realizar ensayos clínicos con niños y niñas entre seis meses y 16 años de edad, con el objetivo de obtener más información sobre el desempeño de la vacuna en este grupo.

En total,  en el mundo,  ya son al menos 6 los ensayos con vacunas para niños en distintos países; incluso otros dos países,  Cuba y España, empezarán a hacerlos en abril. Respecto a esto, Drexler dijo: “Los niños tienen que ser vacunados en algún momento pero hay que asegurarse de que las vacunas sean seguras y eficaces para ellos…Tenemos que ir evaluando cómo se va desarrollando el proceso del ensayo en este grupo”.

Generalmente, a la hora de ensayar vacunas, siempre se comienza con adultos. “Por ser menores de edad, se necesita primero la autorización de los padres, algo que dilata también los ensayos clínicos. Este paso es algo que requiere un cuidado especial para vacunar a un grupo que no puede estimar por sí solo los riesgos. Los niños son también un grupo heterogéneo: no se puede comparar el sistema inmunológico de un niño de un año con un niño de 12 años. Todo eso lo hace un grupo particular. Por ese motivo, los ensayos clínicos recién están comenzando”, explicó Drexler sobre las causas por las cuales recién ahora se están testeando vacunas contra Covid-19 en niños y niñas.

No son “superspreaders” 

Mucho se dijo en un principio de la pandemia respecto a los niños, una de las ideas centrales fue que eran grandes propagadores de coronavirus, o supespreaders. Hoy se sabe que esto no es así.

“Los chicos no son “superspreaders”, recalcó el médico especialista y detalló: “Representan simplemente, por ejemplo en una escuela, una aglomeración más de individuos que contagian. Lo mismo ocurriría en un estadio de fútbol, en un concierto de música o una manifestación sin mascarilla. Es el mismo contexto con diferente grupo de edad. Ahora se han abierto las escuelas o jardines de infancia en muchos países, y no lo critico, pues entiendo los motivos, pero las consecuencias siempre han sido muy claras: seguirá habiendo contagios”.

Con lo que sí coinciden muchos expertos, es que la vacunación de los menores de 16 años podría ayudar a la normalización de las actividades académicas.

Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico

El Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (PIMS, por sus siglas en inglés) es una enfermedad que afecta a algunos menores luego de superar el Covid-19.

En países como Chile, se registraron casi 200 casos desde el inicio de la pandemia, incluso tres niños fallecieron. Consultado por este tema,  Drexler, manifestó: “Primero hay que enfatizar que es algo muy raro. Ocurre con muy poca frecuencia. Ahora se está tratando con corticoides y la gran mayoría de los niños sale muy bien del hospital en pocos días. Pero el problema que estamos viendo es, por ejemplo, que en algunos casos persiste un daño en los vasos sanguíneos del corazón. Esto puede curarse durante el crecimiento o puede llegar a afectar su salud gravemente. Así, teóricamente, ese niño podría sufrir un infarto de corazón a los 30 años. Por un lado es raro, pero la buena noticias es que es tratable. Por lo tanto, esta es una razón más para también tomar en serio la infección por Covid-19 en este grupo etario”.

Respecto a si algunas mutaciones del virus como la brasileña P1, causan más PIMS, aseveró: “En general, un linaje puede ser más o menos patogénico que otros.  Pero no tenemos ninguna evidencia de que estas variantes como la P1 causen más PIMS. Esta es una enfermedad que parece tener mucha similitud con el síndrome Kawasaki, la que también es asociada con una infección viral previa de diferentes virus y que causa inflamación en los vasos sanguíneos de todo el cuerpo”.

Datos importantes

En lo que va de la pandemia, por ejemplo, en Reino Unido, entre el 1% y el 3% de los contagios correspondieron a menores de 12 años, según datos de la principal autoridad de salud pública del país (Public Health England, PHE). Dentro de este rango etario, han sido pocos los casos de covid-19 con complicaciones severas y las muertes.

Además, tal como indicó Félix Drexler, las investigaciones epidemiológicas recientes, señalaron que los niños y jóvenes no contribuyeron en una gran medida a la propagación del virus.

En la unidad pediátrica del Hospital St George de Londres, se está desarrollando una de las pruebas clínicas de una de las vacunas en menores de 16 años.

Israel, uno de los países con el mayor porcentaje de población vacunada, casi el 55%, tiene hoy como desafío pensar cómo expandir la inmunización contra el covid-19 entre los menores.

Cabe destacar que para garantizar la inmunidad del rebaño, necesaria para combatir todas las variantes existentes del virus, se necesita que al menos 80% de la población del país sea inmune. Eso implica que los menores de 16 años reciban las dosis de la vacuna, que no ha sido probada en ellos, sino en adultos.

Hasta ahora, la única vacuna aprobada para ser utilizada en menores de 18 años es la de Pfizer, que puede ser aplicada en mayores de 16 años.

Publicaciones de distintas revistas científicas, aseveran que las pruebas en grupos más jóvenes o con niños, son un poco más complejas porque pueden requerir, por ejemplo, una dosis menor de la vacuna.

Por esa razón, en las últimas semanas distintos fabricantes de las vacunas aprobadas, anunciaron que iban a comenzar ensayos clínicos con menores de 12 años.

Fuentes: Deutsche Welle y BBC Mundo.