Ellos son Nicolás CastilloVictoria Ferreyra Federica, la familia carlospacense que hace seis meses dejó todo -parientes, trabajo y hogar- para emprender un sueño: recorrer América Latina.

Vicky es licenciada en Relaciones Internacionales, docente de corazón y mamá “full time”. Nico es músico, diseñador gráfico y artista plástico, egresado de la Facultad de Artes de la UNC; un “papá multifacético o polirubro” como le dice su esposa. Fede, la más pequeña de la familia, “una viajera del alma”, tiene tan sólo tres años y ya recorrió más de una docena de lugares en Chile, Perú y Ecuador en “un viaje lento, sin prisa pero sin pausa, con mochilas repletas de sueños y muchas ganas de conocer, aprender y descubrir”.

Así lo describieron en Hogar Caracol, su blog de viaje donde publican información sobre quiénes son, los lugares que visitaron, guías para viajeros y los trabajos que realizaron.

El recorrido empezó con Mendoza y continuó con Chile. Allí volaron hasta Perú y visitaron Lima, Talara y Máncora; siguieron hacia el país vecino, Ecuador -el que más recorrieron y donde llevan tres meses instalados- y anduvieron por Cuenca, Baños, Río Verde, Puerto MisahuallÍ y Quito. Actualmente se encuentran recorriendo la costa ecuatoriana.

“No decimos que vamos a viajar por el mundo y que queremos llegar hasta Alaska, como muchos viajeros lo plantean, sino que vamos viajando y si nos tenemos que saltear lugares lo hacemos. Como ha pasado, que de Santiago de Chile nos tomamos un avión a Lima. Lo hicimos en ese momento porque ya conocíamos el sur de Perú y porque había una oferta muy barata de vuelos, así que aprovechamos y lo hicimos. Cruzamos la mitad de Perú en tres horas”, cuentan.

Nico, Vciky y Fede navegando el Amazonas

Como en la previa de toda aventura, el miedo es un sentimiento inevitable, y más con una hija pequeña. “Algo que parecía un lujo y un sueño inalcanzable” lo hicieron realidad luego de animarse y no dejar que los miedos los superen. “Los problemas suceden viajando o estando en un mismo lugar. Saber eso me ayudó a superar los miedos antes de viajar”, expresó Vicky, en una entrevista en el programa radiofónico 168 Horas. “En la rutina uno se siente mas resguardado, mas protegido e irte a lo desconocido es como muy loco y más con una hija. Hablamos con mucha gente viajera, con mamás más que todo, para sacarnos los miedos”, agregó.

Hoy, luego de medio año de viaje, aseguran que no tuvieron ningún inconveniente. “No surgió ninguno de esos miedos o cuestiones que teníamos en la cabeza de lo que podía llegar a pasar”, cuenta Nico y agrega: “Los miedos son puramente mentales y miedos que te impone otra gente”.

Experiencias en el viaje

Nico cuenta: “Nos fuimos cruzando con muchas otras familias que también, charlando con ellas, nos dimos cuenta que son solamente ideas que tenemos en la cabeza, pero después la realidad es distinta, es mucho mejor de lo que uno lo piensa. La gente te puede transmitir sus miedos, que nada tiene que ver con lo que uno piensa o hace”.

Con respecto a viajar con su hija de tres años, explican que eso implica tener otras responsabilidades y prioridades. “Viajar al ritmo de Fede y no como nosotros nos gustaría a lo mejor”.

Por su parte, Vicky agrega:  “Fede es quien mejor la pasa, se hace amigos todo el tiempo, habla con nenes de otros países y ya reconoce los nombres de los lugares en donde estuvo; se va adaptando y aprendiendo de cada lugar que va conociendo, así que para ella es sumamente enriquecedor. Ella nos dice que le gusta vivir de viaje, a pesar de tener menos de tres años y medio. Ella está feliz, la vemos muy contenta”.

Nico y Fede en Agua Blanca, Ecuador.

El inicio de un sueño

Todo comenzó al darse cuenta que el contrato de alquiler de su casa en Carlos Paz estaba por caducar.

“A mi se me ocurrió. Yo era la que no se quería ir, quería tener la casa el perro y el trabajo de 8 horas todos los días, pero me di cuenta que se terminaba el contrato del alquiler y una noche le dije (a Nico) bueno: ¿si nos vamos de viaje?”, relata Vicky.

Y así empezó la planificación de una aventura que inició en Mendoza en julio del 2017 y que finalizará quién sabe cuando; o tal vez con los sellos de casi todos los países de América Latina en sus pasaportes.

Su idea en un principio era viajar a Estados Unidos, comprar un motorhome y bajar desde ahí por varios países hasta arribar con Argentina; pero no todo resultó como esperaban. La negativa de la embajada estadounidense para entregarles la VISA cambió todos los planes pero nunca sus deseos de viajar.

“Cambiamos por un viaje mas tranqui, más económico, viviendo donde nos parece, alquilando.. y vamos mas sueltos”, cuenta Nico, que añade: “Si nos queremos tomar un barco, un avión o volver lo hacemos sin el límite de tener un motorhome”.

Y Vicky agrega“Las expectativas siempre fueron viajar, conocer, disfrutar, trabajar y lo que vaya surgiendo en el momento”.

Así fue como, con su filosofía minimalista, llenaron una valija y una mochila de viaje con lo justo y necesario: ropa de calidad, cómoda y la que más les gustaba. El equipaje de Fede, contaba solo con sus juguetes preferidos. A ello, se le sumaba un pequeño bolso con la computadora y todo lo necesario para realizar su trabajo, ya que para financiar su viaje realizan diferentes labores: marketing digital, creación de contenidos, diseño gráfico y web, gestión hotelera y traducciones al inglés o al portugués. Además, con el talento artístico de Nico y con la ayuda de Fede y de Vicky, hacen mosaiquismo, pintura, arte y decoración.

“Tenemos todo bastante resuelto, a medida que vamos llegando a los lugares, nunca estamos a la deriva sin saber donde vamos a hospedarnos, vamos con un seguro, una asistencia médica por cualquier imprevisto”, sostienen.

 

Podés ver sus trabajos realizados a través de su cuenta en Instagram (@hogarcaracol)

Un viaje Low Cost

“Viajamos para cambiar no de lugares, sino de ideas”.

Visitaron 5 países, más de 15 ciudades. Los recibieron 10 familias y hospedaron en sus casas. “Nos mimaron y trataron como sus hijos”, comentaron. Sólo pagaron 9 noches de hospedaje (ahora alquilaron por 2 meses en Salinas, Ecuador) e hicieron 3 voluntariados. Se tomaron 2 aviones, más de 20 colectivos e hicieron autostop 4 veces.

“Viajar es una brutalidad, te obliga a confiar en extraños y perder todo ese confort familiar de la casa y los amigos. Estas constantemente fuera de balance. Nada es tuyo, excepto lo esencial”, afirmaron.

En Santiago de Chile se hospedaron diez días en la casa de uno de los mejores amigos del papá de Nico, y de ahí se fueron a Concón, una comuna a 20 minutos de Valparaíso, donde los hospedaron parientes de la familia chilena, acostumbrados y encantados de recibir gente. Luego, se fueron a un departamento (de la misma familia de Santiago) en Horcón, un pueblo costero del país.

Nos sorprende eso, que la gente te da sin esperar nada a cambio y con mucha confianza”, aseguran. “En Quito, por ejemplo, conocimos a un miembro de la embajada de Italia que nos hospedó en su casa -en un country con alta seguridad- y ellos se iban a trabajar todo el día y nosotros nos quedábamos en su casa tranquilos”. “Son cosas muy locas que parecen que nunca van a pasar, pero suceden en el viaje”.

Podés saber más sobre esta familia viajera a través de sus redes sociales. En Facebook, en Instagram y en su canal de YouTube encontralos como Hogar Caracol. También podes ver notas, guías de viaje y mucho más en su blog de viaje con el mismo nombre.