Foto: José Gutiérrez. Los Andes.

Paula Savio (35) es una docente mendocina que trabaja en una escuela rural de Guaymallén, Mendoza. Su experiencia le ha permitido identificar la diversidad que hay dentro de un aula y por ello, un proyecto que desarrolló con sus alumnos de segundo grado ha sido reconocido a nivel nacional. 

Paula es una de las 6 finalistas del concurso Docentes que Inspiran, que organizan Zurich y Clarín. Llegó hasta ese lugar entre 2.000 postulantes y es la única referente mendocina y de nivel primario entre quienes llegaron a esta instancia.

Cuando el año pasado empezó a trabajar con quienes serían sus alumnos, tras el diagnóstico descubrió que entre ellos había una enorme brecha en su nivel de alfabetización, tanta que le pareció que no sería positivo para el grupo trabajar todos juntos sino que, respetando las necesidades de cada uno, era necesario armar un proyecto específico. Es que de 32 chicos, solo 10 leían y los otros 22 sólo tenían conocimiento de las vocales.

Así fue como en la escuela rural 1-053 Antonino Giunta de Jesús Nazareno, comenzó a gestarse una estrategia que dejaría mucho más que mejoras en la alfabetización.

Paula estaba convencida de que era necesario que revalorizaran sus procesos, la escuela, que lograran comprender que realmente pueden lograr lo que se proponen, aunque suene a frase hecha, aclaró en diálogo con Los Andes.

Nosotras pensamos que respetar la trayectoria no es blano y negro sino analizar según sus necesidades, consideré que era imposible porque tenía dos grados juntos, lo que hicimos fue juntar dos segundos y trabajar por área”, contó respecto de esta apuesta que realizó junto a su par del otro segundo.

En definitiva dividieron los cursos en dos según sus competencias.

Fue así que se repartieron las áreas: ella dio lengua y su compañera, matemática, por grupos separados. De este modo, ella daba contenido y competencias de primero, para un grupo mientras el otro tenía matemática con la otra docente y luego se intercambiaban y llegaba el otro grupo que ya estaba alfabetizado y leyendo para seguir con los contenidos propios de segundo. Los viernes todos juntos tenían la otra área: Ambiente, Cultura y Tecnología.

“Esto fue todo en 2022 y lo bueno es que lo que hicimos dio el resultado que queríamos: 100% tuvieron avances y 95% terminaron alfabetizados”, subrayó.

Es lo que denominaron agrupamientos flexibles por necesidad pedagógica y cada niño podía cambiar de grupo según su evolución y necesidad.

Docentes que Inspiran, es un homenaje a los docentes más destacados del país. Busca movilizar a toda la comunidad en favor de una mejor educación, a partir de las historias inspiradoras de aquellos docentes excepcionales, que dejan una huella decisiva en sus estudiantes.

Un Comité de Preselección de la Fundación Varkey evaluó a los candidatos y seleccionó 24 semifinalistas, que luego fueron evaluados por el Jurado integrado por 13 personas reconocidas del ámbito académico, científico y de 6 ONGs de educación. Ellos eligieron a los finalistas entre quienes se entregará un premio de $3.000.000 y dos Menciones Especiales de $1.000.000 cada una. Los otros finalistas son de Buenos Aires, CABA, Misiones, Corrientes y Río Negro. El año pasado llegaron dos mendocinos a la final.

Una estrategia resistida

En un principio, la propuesta de Paula y su compañera fue un poco resistida, sobre todo desde la supervisión. Sin embargo, con los resultados en la mano, ahora se aprecia como una alternativa: contó que la docente que actualmente está en segundo grado está pidiendo aplicarlo mientras que están considerando usar la estrategia para primer grado el año próximo.

“Al principio fue cuestionando porque nos decían que estábamos discriminado al separarlos por niveles, pero en realidad estábamos trabajando por necesidad; no solo es adaptar la tarea, sino que el niño necesita otro estímulo, otro modo de dar clases, no es lo mismo cómo oriento, cómo intervengo, el juego, los referentes áulicos son diferentes”, explicó la docente.

“Es lo que el niño necesitaba para una inclusión real”, afirmó y en ese sentido dijo que también se consideró la necesidad de pertenencia y se trabajó el aspecto emocional.

También relató que a veces los chicos se sienten avasallados por aquellos que respondían más rápido. “Esta fue la solución que encontramos para respetar el ritmo de cada uno y lo que necesitaba para crecer”, apuntó.

Explicó que cuando se habla de trayectorias se aprueban actividades de acuerdo al nivel, “pero ellos no necesitan solo una tarea adaptada sino el estímulo de toda la clase, como orienta el docente, la dinámica con el alumno será diferente, es todo un experiencia total, no solo una actividad”, señaló.

Para Paula, la experiencia laboral que ha acumulado ha enriquecido su mirada. “He trabajado en educación especial por eso tengo una mirada integral, he trabajado en distintas modalidades y áreas porque empecé como docente de Arte y he ido aprendiendo e integrando todo y eso enriquece”, relató.

“Siempre creo que el trabajo docente no es solitario” afirmó y por eso pone en relieve que si bien ella está poniendo su imagen, los resultados son fruto de una labor integrada en la que sumaron esfuerzos la otra docente, la escuela, las familias y la comunidad.

Fuente: Los Andes.