Por Marcos Cohen Arazi y Lautaro Carranza. Desde que comenzó a desarrollarse la actual pandemia a nivel global, se identificó que el primer golpe se sentiría en la actividad turística, debido a las restricciones a la movilidad y a las actividades de ocio y esparcimiento. Además, su recuperación sería mucho más lenta según todos los reportes de organismos que monitorean la actividad del sector. En este sentido, tanto la pandemia en sí, como también las medidas de restricción a la movilidad, le están dando un golpe drástico a esta industria.

Recién en noviembre y diciembre aparecieron leves signos de recuperación de la intención de hacer turismo interno, al tiempo que las noticias de establecimientos
turísticos en situación de cierre definitivo o inminente se han multiplicado.

En este sentido, entre febrero y septiembre se verificó una disminución considerable
del número de empleadores con aportes al Sistema de Seguridad Social.

La situación de recesión afectó a toda la economía, de modo que en el periodo citado, 19 de 20 sectores que desagrega el informe oficial manifestaron una merma en la cantidad de empleadores activos.

La merma más significativa se verificó en alojamientos y servicios de comida, rama
clave de la actividad turística, evidenciando una reducción de 15,5% en relación al mes de febrero.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En segundo lugar, se destaca el decrecimiento de 7,3% en servicios artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento, que también tiene una fuerte vinculación con el sector turístico. En términos absolutos, en el caso de alojamientos y restaurantes en septiembre se verificaron 4.342 empleadores menos que en febrero.

Si bien no se puede confirmar que sean empresas cerradas en forma definitiva, el hecho que no estén activas en el sistema de seguridad social refleja una grave situación que pone en peligro su sustentabilidad.

Como puede apreciarse, se trata de un contexto generalizado de desgranamiento
empresarial, con un fuerte impacto en la industria turística. Otros sectores fuertemente
afectados que resaltan son el transporte y almacenamiento (-4,7%), servicios
profesionales, científicos y técnicos (-4,1%) y el sector de la construcción (-3,6%).

El caso de la construcción es una referencia interesante para comparar: este ha mostrado una recuperación constante mes a mes desde mayo (en ese mes la caída con respecto a febrero del sector fue de 8%, lo cual implica una mejora de 4,4 p.p. en relación a la caída de septiembre vs. febrero).

En el marco de una economía en crisis, con una merma de casi 17.000 empleadores en
el conjunto de la economía, se destaca que más de 1 de cada 4 empleadores perdidos
(26%) corresponden a la rama de alojamientos y restaurantes. Con menor nivel
relativo de caída se ubica la actividad comercial, que explica un poco menos de un
tercio de los empleadores que dejaron de tener actividad.

En lo que hace a puestos de trabajo, entre febrero y septiembre también se verificó
una reducción significativa en la cantidad de empleados en la mayor parte de los
sectores. Si bien hay factores estacionales, la mayor parte de la reducción se explica
por el parate económico generado por la pandemia y las medidas de aislamiento.

De acuerdo con los datos publicados por AFIP, entre febrero y septiembre disminuyó
en 229.660 la cantidad de trabajadores en el sistema de seguridad social, entre los que se cuentan 50.756 correspondientes a alojamientos y restaurantes y 59.011 correspondientes a la construcción.

Considerando que la actividad turística además de incluir hoteles y restaurantes explica
parte de los puestos de trabajo del transporte, el de las agencias de viaje y actividades
de esparcimiento, se estima que la disminución atribuible al conjunto de la actividad
turística alcanza los 84.000 trabajadores hasta el momento.

Es importante notar que estas cifras remiten a registros de empleados en el sistema de
seguridad social, teniendo con seguridad una situación semejante o peor en empleos
no registrados, cuentapropismo y empleo familiar.

Características del Turismo

Es importante señalar que la caída porcentual en septiembre con respecto a febrero en
la cantidad de trabajadores en alojamientos y restaurantes alcanza el 18%, siendo la
de mayor magnitud, superando a la caída de sectores muy afectados como la
construcción. Ningún otro sector redujo la cantidad de puestos de trabajo en una
proporción mayor. También es importante notar que este nivel de caída en el empleo
de hoteles y restaurantes no tiene antecedentes, dado que ni en la crisis de 2001-2002
se perdió semejante proporción de empleados (la merma en ese momento fue en
torno al 11%).

Si bien tienen algo de retraso las cifras, septiembre es el tercer mes consecutivo en el
cual la rama de alojamientos y restaurantes es la de mayor caída entre todos los
sectores considerados; en junio, con una caída de 16%, solo fue superada por la
construcción (16,6%). A diferencia de otros sectores que tuvieron un menor nivel de
caída y están recuperándose, como el sector de la construcción, servicio de transporte
y almacenamiento o la industria manufacturera, la rama de alojamientos y restaurantes
no muestra ningún signo de recuperación y es el sector de mayor caída acumulada en
los últimos meses.

La gravedad de la situación de la industria turística se puede poner de manifiesto en
dos referencias adicionales. En primer lugar, existe consenso respecto a que
posiblemente la actividad turística repunte recién en el tercer trimestre de 2021,
vacuna mediante, y, además, se espera que el sector regrese a los niveles prepandemia recién en 2023 (OMT).

Estas referencias ponen de manifiesto no solo la gravedad de la situación acontecida
en el sector durante desde marzo hasta la actualidad, sino también las dificultades y
los riesgos que se enfrentan en los próximos meses, a la luz de la débil recuperación
que se está experimentando. Ello hace necesario reconsiderar el esquema de apoyo al
sector para preservar sus posibilidades a futuro

Marcos Cohen Arazi
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Lautaro Carranza
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