Ucrania afirmó este domingo que fuerzas rusas masacraron a civiles en su retirada de devastadas localidades de la periferia de Kiev que ocuparon antes de replegarse, y hasta llegó a denunciar un “genocidio”.

Rusia negó las acusaciones, que surgieron a partir de la publicación de fotos de la agencia de noticias francesa AFP de cadáveres esparcidos en las calles de la localidad de Bucha, durante una recorrida realizada el sábado junto al Ejército ucraniano. El alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, aseguró que otros 280 cuerpos fueron enterrados en fosas comunes en la ciudad.

En tanto, la fiscal general ucraniana, Irina Venediktova, elevó este domingo a 410 la cantidad de cadáveres de civiles hallados tras la recuperación de territorios de la región de Kiev que habían sido ocupados por las tropas rusas.

“Los expertos forenses ya examinaron 140 de ellos”, detalló en declaraciones divulgadas por la televisión local.

Repercusiones

La denuncia de las autoridades de Ucrania recibió inmediato crédito de la OTAN, Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, que repudiaron las imágenes y pidieron más sanciones contra Rusia, a la que acusaron de cometer “crímenes de guerra”.

Funcionarios del gobierno ucraniano dijeron que estaban recolectando evidencia para entregar a la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya, que hace un mes anunció la apertura de una investigación sobre posibles crímenes de guerra en Ucrania. Ucrania no es parte de la CPI, pero aceptó su jurisdicción luego de que Rusia se anexara por la fuerza la península de Crimea, en 2014.

Es la única corte del mundo que juzga a individuos por los peores crímenes, incluyendo genocidio, pero ni Rusia ni Estados Unidos, dos de las máximas y más activas potencias militares, firmaron su tratado fundacional.

“Sí, esto es genocidio, la eliminación de toda la nación y el pueblo”, dijo este domingo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a la televisora estadounidense CBS, consultado por las fotos de AFP y sobre si creía que Rusia estaba cometiendo ese crimen.

Ucrania no quiere dejarse “someter a la política de la Federación Rusa”, y “esta es la razón por la cual estamos siendo destruidos y exterminados”, agregó el mandatario.

En Moscú, el Ministerio de Defensa ruso dijo que las imágenes de cadáveres en las calles de Bucha, al noroeste de la norteña capital de Ucrania, eran “otra producción del régimen de Kiev para los medios occidentales”.

El Ministerio aseguró que todas las tropas rusas salieron de Bucha el 30 de marzo, al día siguiente de que Rusia dijera que iba a reducir su actividad militar en el norte de Ucrania, y que durante su presencia “ni un solo residente local sufrió acciones violentas”.

El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que estaba “profundamente impactado” por las imágenes de los cadáveres en Bucha y resaltó que “es esencial que una investigación independiente conduzca a una rendición de cuentas efectiva”.

Los asesinatos de civiles en Bucha representan “una brutalidad contra los civiles que no hemos visto en Europa durante décadas, y es horrible y absolutamente inaceptable”, afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la CNN.

El diplomático noruego advirtió que no hay que ser “demasiado optimistas porque los ataques continuarán”, e incluso manifestó preocupación por “el posible aumento de los ataques”.

“Lo que vemos no es una retirada, sino que vemos que Rusia está reposicionando sus tropas” en Ucrania, señaló Stoltenberg.

En tanto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo a la misma emisora que “no se puede evitar ver estas imágenes como un puñetazo en el estómago” y agregó que “esta será la realidad cotidiana mientras continúe la brutalidad de Rusia contra Ucrania”.

En otras declaraciones, Blinken alertó que Moscú todavía tiene “la capacidad de causar muerte y destrucción masiva, incluso en lugares como Kiev, con poder aéreo y misiles”, aunque sostuvo que sus “planes originales” de “apoderarse” de toda Ucrania “sufrieron

“Rusia tenía tres objetivos: subyugar a Ucrania a su voluntad, negar su soberanía e independencia; afirmar el poder ruso, y dividir a Occidente, dividir la alianza, y en los tres frentes falló”, señaló el jefe de la diplomacia estadounidense.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron afirmó que las imágenes de Bucha “son insoportables” y añadió que “las autoridades rusas tendrán que responder por esos crímenes”.

Además, el canciller, Jean-Yves Le Drian, dijo que esos actos son “constitutivos, si son confirmados, de crímenes de guerra”, y advirtió que Francia trabajará con sus socios y “las jurisdicciones internacionales competentes” para que “no queden impunes y sus responsables sean juzgados y condenados”.

Por su parte, el jefe del gobierno de Alemania, el canciller federal Olaf Scholz, reclamó “arrojar toda la luz sobre estos crímenes cometidos por el Ejército ruso” y agregó que “los autores y sus patrocinadores deben rendir cuentas”.

Asimismo, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, y el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, coincidieron en calificar los hechos en Bucha como “crímenes de guerra”.

Otros focos de violencia

Por otro lado, una persona murió y tres resultaron heridas en un bombardeo ruso a un hospital en Rubishne, en el este de Ucrania, informó el gobernador regional, Sergei Gaidai, en Telegram.

Esa ciudad, cerca de Lugansk, en la región de Donbass, ya fue objeto de numerosos bombardeos desde el comienzo de la invasión rusa, el 24 de febrero.

También este domingo, dos fuertes explosiones sacudieron la ciudad de Odesa, el principal puerto de Ucrania, a orillas del mar Negro y al oeste de Mariupol, donde se sitúa el cuartel general de la Marina ucraniana.

El gobierno municipal dijo en un comunicado que las explosiones fueron causadas por ataques aéreos que provocaron incendios en algunas zonas pero no dejaron muertos ni heridos.

El Ministerio de Defensa ruso reportó que barcos y aviones dispararon misiles contra la zona de Odesa que destruyeron refinerías y depósitos de combustible de los que se abastecía el Ejército ucraniano.

El vocero militar ucraniano Vladislav Nazarov dijo que algunos misiles rusos fueron interceptados por las defensas antiaéreas.

En Mariupol, sobre el mar de Azov, las condiciones seguían siendo tan terribles como inciertas las posibilidades de escape.

La ciudad, que estaba rodeada y parcialmente controlada por fuerzas rusas, era una de las más devastadas por la guerra, y desde hace semanas no tenía agua, luz ni calefacción, y casi nada de alimentos o medicamentos, según autoridades locales.

Se cree que aún seguían atrapadas allí unas 100.000 personas, cerca de la cuarta parte de su población anterior a la guerra, que era de 430.000.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) dijo que esperaba que un equipo enviado a la ciudad pudiera llegar hoy allí.

Días atrás, Rusia declaró un alto el fuego a lo largo de una ruta destinada a la evacuación de civiles, pero varios intentos previos de sacar a la gente ya fracasaron en medio de combates y bombardeos pese a que también regían treguas.

Mariupol se sitúa en la región oriental conocida como Donbass, donde se habla mayoritariamente ruso y donde separatistas combaten al Ejército ucraniano desde hace ocho años. Más de 14.000 personas murieron en el conflicto, según la ONU.