Es segundo río más largo de Sudamérica, después del Amazonas, el Paraná, ya hace dos años está en sus niveles más bajos en casi ocho décadas, y está teniendo graves consecuencias en Argentina, Brasil y Paraguay.

El Paraná está más de tres metros por debajo de su altura promedio habitual, y los expertos lo atribuyen al calentamiento global y a la deforestación en el Amazonas.

Esto no afecta únicamente al consumo de agua y a la desaparición de la fauna acuática en la zona, sino que se generaron otros problemas inesperados.

1. El problema de los granos
Aunque el Paraná sigue siendo transitable, por tratarse de un río muy ancho y profundo, el descenso del caudal obligó a los enormes barcos que llevan los granos a limitar su capacidad de carga, encareciendo los costos del transporte.

La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que “por la bajante, en lo que va del 2021, Argentina ya perdió US$620 millones en exportaciones de harina y aceite de soja”.

2. El problema energético
El Paraná también es clave para la importación de hidrocarburos. El 70% del gas natural comprimido que importa Argentina viene por esa hidrovía.

Además sobre el río hay decenas de represas, incluyendo dos de las más importantes de la región: Itaipú, compartida por Brasil y Paraguay; y Yacyretá, en la frontera entre Paraguay y Argentina.

La Entidad Binacional Yacyretá, que administra la central hidroeléctrica, informó que están operando 15 de sus 20 turbinas, pero “se genera solo el 40% de la potencia instalada en la central” debido al bajo caudal del Paraná, por lo que se produce un 28% menos de energía.

3. El problema del contrabando
Muchas personas han aprovechado la bajante del Paraná para cruzar ilegalmente entre Argentina y Paraguay, traficando mercadería y drogas por un lugar dificil de controlar, donde antes había agua y ahora tierra.

 

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina estimó que en los próximos tres meses seguirá el clima seco, y durante el período húmedo, entre enero y marzo, podría haber lluvias por debajo de lo normal, por lo que la situación en verano podría ser crítica.