El seleccionado argentino de fútbol igualó este jueves sin goles con Perú y quedó fuera de la zona de clasificación al Campeonato del Mundo de Rusia 2018.

Este resultado lo dejó sexto en las Eliminatorias Sudamericana, fuera de la zona de clasificación directa y el repechaje, a falta de una fecha para el término de la competencia.

En suma ocurrió lo que casi siempre ocurre: Messi sintió la necesidad de bajar a buscar el balón a la zona central y así su poder de fuego se redujo notablemente, más allá de la buena marcación a la que fue sometido.

Argentina tuvo sus chances, es cierto, pero más que nada por arrestos individuales como a los 32m., cuando Gómez arremetió por izquierda y exigió una respuesta del arquero Gallese.

El astro rosarino también tuvo la suya, hacia los 38m., con una maniobra en la que eliminó dos rivales y sacó un disparo ajustado que salió apenas desviado, junto al poste derecho. Y a los 45m., el crack del Barcelona metió un pase quirúrgico a la cabeza de Benedetto, aunque el atacante de Boca no le dio la dirección deseada y la pelota se fue por sobre el travesaño. Aún teniendo mucho menos la pelota, Perú resultó más práctico y contó con la oportunidad más nítida, a los 33m., cuando un desborde de Peña encontró solo a Farfán y el jugador del Lokomotiv Moscú despachó un remate a bocajarro, que salió rozando el palo derecho de Romero.

Luego de las charlas en vestuarios, Argentina insinuó una tromba: en apenas 90 segundos tuvo tres oportunidades claras para abrir la cuenta. Benedetto, Messi (tiro al palo) y Biglia (atajada monumental de Gallese) se quedaron con el grito atragantado.

El ingreso de Rigoni (por un instrascendente Di María) le permitió a Messi jugar más adelante y, de su zurda prodigiosa, llegaron otras dos claras situaciones. Una habilitación a Gómez y remate del ex San Lorenzo que fue muy buen contenido por el guardavallas (11m.), además de un desborde por izquierda que encontró solo a Rigoni y el disparo del ex Independiente salió junto al palo.

Para colmo de males, Fernando Gago apenas duró seis minutos en cancha y se retiró muy dolorido en su rodilla derecha, tal vez, con los ligamentos comprometidos. La presión argentina fue decreciendo, las piernas y la cabeza pesaban cada vez más.

A esa altura, como casi siempre, la suerte de Argentina dependía del ’10’ salvador o de algún remate de media distancia como el de Mascherano (otro de buen rendimiento) que se fue apenas alto (31m.). El estado de situación pudo erigirse en catástrofe futbolística, en el último minuto, si el arquero Romero no le tapaba un tiro libre a Paolo Guerrero.