River dio vuelta un resultado adverso cuando apenas le quedaban unos minutos al partido de vuelta por la primera semifinal de la Copa Libertadores de América y ya está en la final.

El 2-1 sobre el último campeón, Gremio, le alcanzó para revertir el 0-1 de la ida en el Monumental y ganarse un lugar en la gran final que comenzará a definirse el próximo miércoles 7. ¿Ante Boca? Sería una cita inédita y posiblemente irrepetible en la historia del fútbol argentino y sudamericano.

River jugó mucho mejor en el primer tiempo en el Arena do Gremio que en todo el partido de ida en el Monumental, y aún así se fue al descanso en desventaja.

El actual campeón de la Libertadores dejó entrever de entrada que cedería al Millo campo y balón y su apuesta sería la del contragolpe. Sin embargo, la solidez defensiva que había exhibido el equipo gaucho en Núñez, no fue tal anoche. Así, River comenzó a acumular situaciones.

Marcelo Gallardo decidió dejar en el banco a Gonzalo Martínez y a Scocco, y poner de entrada a Nacho Fernández y Pratto. La sorpresiva salida del equipo de Pity pareció no afectarle al Millo que ya al minuto tuvo la primera chance con un remate de Santos Borré que se fue desviado, solo ante Marcelo Grohe.

River era amo y señor de las acciones y tenía variantes para acercarse al arco de Gremio, incluso con remates desde afuera del área como el que intentó Ponzio que resolvió Grohe y otro de Palacios, que casi la cuelga de un ángulo.

La iniciativa era de la Banda, a pesar de que a los 25’ perdió a Ponzio por lesión (ingresó Enzo Pérez). A Gremio no le salía nada hasta que a los 35’, un error propio y otro ajeno, se conjugaron para que la brecha de la serie semifinal se agrandara.

Un córner mal ejecutado desde la derecha rebotó en el cuerpo de Casco, el balón lo tomó Leo Gomes quien probó al arco, y en su trayectoria la pelota se desvió en Pratto antes de sacudir la red millonaria. Como en el Monumental, otra vez la pelota parada y una desafortunada carambola le daba la ventaja al conjunto de Renato Gaúcho.

Pity por Nacho

Para el ST, Gallardo, quien vio el partido desde un palco por suspensión, mandó a la cancha a Martínez por Fernández, que perdió más de lo que generó por la banda derecha. Esta vez, la habitual jugada maestra de Napoleón, no tuvo el efecto deseado.

De todas maneras, el gol de Gomes desinfló a River en el complemento, que no fue ni la sombra de aquel equipo incisivo de la primera mitad. Gremio ajustó marcas y le quitó dinámica al Millo, que se salvó del segundo porque Everton perdió un mano a mano con Franco Armani.

Todo era fiesta en Porto Alegre y no importaba la lluvia. Sin embargo y cuando nadie lo esperaba, Santos Borré puso la cabeza a un centro frontal y le dio sobrevida a River.

La desesperación se adueñó de Gremio y la igualdad envalentonó al Millo, que a falta de tres minutos para los 90’ reglamentarios, recibió la “ayuda” tecnológica por parte del uruguayo Andrés Cunha . Luego de una jugada que River ni siquiera protestó, el árbitro consultó el VAR donde se visualizó una mano de Bressan ante un remate de Scocco. El oriental tomó la decisión, dibujó una pantalla en el aire y marcó penal. River se encontraba con una chance de llegar a la final, impensada a diez minutos del final.

El remate lo tomó el Pity Martínez y en su ejecución partió toda la ilusión millonaria de llegar a una final. Grohe fue para un lado, el balón infló en la red en el otro y River consumaba el milagro para meterse una vez más en la final en el trofeo que todos quieren ganar.