Por la segunda fecha del Grupo B de la Copa América, Argentina venció por la mínima al debutante Uruguay y se trepó a la cima de la tabla. Los cambios de Scaloni motivaron al equipo y sumaron tres puntos claves.

Para ser justos, debemos dejar sentado que Argentina, desde el primer encuentro con Chile por Eliminatorias hasta el juego de este viernes ante Uruguay, fue superior a todos sus rivales de turno; los cuales aprovecharon algunos baches cortos en la tenencia de la pelota del elenco Albiceleste y llegaron a la conversión para luego, otra vez, meterse contra su propia área a cuidar la igualdad.

La Celeste, que salió a jugar de igual a igual, trató de contener la ofensiva argentina pero no tuvo éxito. También se encontró a la hora de atacar con un bloque muy compacto que presionaba y entorpecía rápidamente los intentos de asociaciones para salir rápido de contra.

La vuelta de “Cuti” Romero y la complementación con su compañero de saga (Otamendi) fueron la raíz del éxito defensivo en el equipo de Scaloni. Claro, bien acompañados por los laterales de turno (Acuña y el cordobés Molina) y con un mediocampo muy suelto y exigente ante sus contrarios. La dupla temible de Suárez y Cavani fue anulada todo el partido.

Guido Rodriguez, a diferencia de Paredes, le dio al equipo esa soltura hacia adelante contando con la tranquilidad de un “5” de recuperación puro. Si bien siempre estuvieron comprometidos con la faz defensiva, De Paul y Lo Celso (Palacios en el segundo tiempo) se asociaron más con los de adelante gracias a tener la espalda segura. El cambio -obligado- de Scaloni en el centro del campo, no sólo de dio firmeza al equipo, sino también el gol del triunfo.

Por último, la primera línea defensiva compuesta por Messi, Lautaro Martínez y Nicolás González, funcionó todo el encuentro ayudando a sus compañeros. La mala cara de este detalle es el desgaste de la dupla acompañada por el “10” que a la hora de definir para anotar, no estuvieron muy certeros o directamente llegaron mal posicionados.