El hecho ocurrió en el partido entre Gremio y Ceará que abría la participación de los equipos en el Brasileirao. Ante los reclamos en el tiempo de espera de respuesta del VAR, el colegiado marcó una línea y, curiosamente, ninguno de los futbolistas se atrevió a cruzarla.

Savio Pereira Sampaio cobró un penal sobre el final del partido que estaba igualado 2-2 y mientras esperaba la confirmación del VAR, los jugadores se acercaron en grupo rodeándolo. En ese preciso instante, el juez sacó su aerosol evanescente y actuó.

Aún en comunicación con el asistente arbitral, el árbitro marcó una línea blanca en el césped del estadio de Fortaleza e indicó a los jugadores que nadie avanzara mientras se desechaba, finalmente, el cobro del penal por una falta inexistente. Llamativamente, ningún jugador se animó a cruzarla y Pereira Sampaio pudo actuar con tranquilidad.

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