Raúl murió hace tres meses. Tenía 14 años y era la mascota de un conocido comercio dedicado a la venta de artículos de limpieza y plantas ubicado en calle Lisandro de la Torre.
Los dueños del Limpiamanía lo adoptaron cuando era un cachorro arisco y apareció en el patio del local que hasta hace poco estaba sobre Las Heras. Allí nunca le faltó comida ya que se vende balanceado para perros y gatos pero, por sobre todas las cosas, Raúl tuvo el amor incondicional de sus amos humanos y de los cientos de clientes que concurren al comercio.
En su perfil de Instagram (raul_limpiomania ), el felino recibió muchas muestras de afecto que devolvió con ronroneos y predisposición para ser acariciado.
Adrián Bongiovani, propietario del comercio desde hace 28 años, decidió homenajearlo con un mural que el talentoso muralista de Carlos Paz, Fernando Brozincevick, pintó en el ingreso.
“Raúl nació atrás del patio que teníamos en el local anterior y era muy arisco. Había dos gatos dando vueltas y él se quedó con nosotros. Los chicos le daban de comer y de a poco se convirtió en el gato estrella del lugar”, cuenta Adrián.
“A Raúl lo conocía todo el mundo, tiene su propio Instagram y le mandan saludos desde distintos puntos del país porque muchos turistas que vienen en temporada lo amaban”, asegura el comerciante.
Hace poco partió hacia el cielo de las mascotas Totó, una perra callejera adoptada por la familia que era su fiel compañera en el local.
“Raúl dormía siempre entre las balanzas y la gente que venía se sacaba fotos con él y cada publicación tiene miles de vistas”, dice Adrián.
Después del verano, el gatito se enfermó y cuando lo llevaron a la veterinaria (que como era su fan no le cobró) les dijeron a sus dueños que tenía un tumor y que, por la edad, no podía extirpárselo.
“Nos dio poco tiempo la doctora y cuando volvimos ese día, hicimos una publicación en las redes y fue impresionante la repercusión de la gente. Vino una clienta que le trajo una tarjeta firmada con las patitas de sus cuatro gatitos y un mensaje para él”, relata Adrián.
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Poco tiempo después, el gatito murió rodeado del amor de su familia y los amigos que llegaban todos los días a acariciarlo.
“Todo esto es muy emocionante para nosotros y nuestro amigos, nuestros clientes, porque él fue un gran compañero en nuestro trabajo cotidiano”, agrega.
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El mural es una forma de agradecerle tantos años de cariño y compañía.
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