Seguramente habrá detractores a los que les  molestaron los cortes de calle, el ruido de los autos o aquellos que simplemente se resignaron ante la indiferencia por la falta de interés por la carrera.

Sin embargo, las más de 30 mil personas que vivieron en vivo la fiesta del Súper Especial nocturno, más los millones de televidentes que lo disfrutaron en el mundo, se fueron con una sonrisa.

Desde las gradas, los puentes, los edificios y hasta a bordo de lanchas sobre el lago, la gente logró ver una carrera impresionante, con un muy buen diseño de circuito que permitió espectacularidad y seguridad al mismo tiempo.

“Trajimos la picada, no nos íbamos a perder esto”, señalaba un pibe de no más de 25 años junto a sus amigos y su padre apostado en la terraza de uno de los edificios lindantes.

“La verdad, que fue una gran idea, habrá que hacerla de nuevo”, comentaba un empresario quien junto a su esposa e hijos también optó por la terraza de su departamento para seguir la carrera.

Si bien habitualmente los super especiales son un show aparte que poco tiene que ver con el rally, en esta ocasión, se acertó en el show. El público respondió de gran forma y se transformó en una fiesta para dar inicio a la competencia real que comenzará este viernes en los caminos de Punilla.