El gigante automovilístico japonés Toyota, uno de los patrocinadores del evento, presentó ante la prensa varios autómatas, aunque no del todo preparados, pero que pretenden contribuir a los Juegos Olímpicos “más innovadores de la historia” en un país cuya reputación tecnológica disminuyó los últimos años.

Las pequeñas criaturas de grandes ojos y orejas puntiagudas podrán mover sus brazos mediante un mando a distancia, e interaccionar con espectadores y deportistas, según Tomohisa Moridaira, uno de los responsables de desarrollo de robots para Tokio-2020 en Toyota.

Gracias a una cámara en la cabeza, “el robot podrá reconocer las expresiones de las personas y reaccionar en consecuencia”. Habrá diez ejemplares de estas máquinas del tamaño de un niño, aunque no podrán hablar ni moverse.

Más útil será quizá el FSR (Field Support Robot), un pequeña carreta con ruedas. Dotado de funciones autónomas, podrá apoyar a los atletas, seguirles sorteando los obstáculos, recuperar y transportar jabalinas, discos o martillos.

Su objetivo, explica Toyota: “Hacer ganar tiempo y reducir la mano de obra”.

En las tribunas habrá asimismo robots denominados HSR (Human Support Robot) para guiar a las personas con discapacidad y para llevar bebidas y otros productos comandados telemáticamente.