Pitty Meresman es el vivo reflejo de una familia que ha marcado la historia del teatro en Córdoba y, particularmente, en Carlos Paz. En una entrevista para el canal de Una de Cal, Pitty habla de su historia familiar y de cómo se le fueron inculcando los valores por la honestidad y el trabajo a la par de que se levantaba el teatro Candilejas.
Su vida estuvo siempre profundamente influenciada por la pasión por las artes escénicas que sus padres, Nené y Naúm, supieron transmitirle. Desde la construcción del Teatro Candilejas, en 1986, hasta la actualidad, Pitty ha seguido los pasos de sus padres, con un compromiso y dedicación que mantiene vivo el legado familiar.
Un legado familiar
Desde pequeña, Pitty creció inmersa en el mundo del teatro, un universo que sus padres habían construido con esfuerzo y pasión. A pesar de que su papá era farmacéutico, el amor por el teatro siempre fue una constante en su vida.
“Recuerdo que en las vacaciones de julio, la familia viajaba a Buenos Aires para ver obras de teatro”, cuenta y agrega: “Mi papá, que tenía una farmacia en Carlos Paz, comenzó a recibir sugerencias de Alfredo Barbieri, quien le decía que podría construir un teatro. Así fue como comenzó la idea, tras un estudio de mercado que él hizo”, recuerda.
Después de seis años de trabajo, se inauguró el Candilejas 1, con capacidad para 700 personas. En el año 2000, se construyó el Candilejas 2, con una capacidad de 300 espectadores.
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