Perro envenenado, imagen ilustrativa.

En Villa del Lago, barrio de Villa Carlos Paz, los perros desaparecen, son asesinados o tienen muertes dudosas, sin que nadie se haga responsable del tema. Se trata de mascotas que en su mayoría tienen dueño o dueña.

Puede suceder en cualquier otro barrio, pero estos testimonios recabados, corresponden a un sector poblacional en el que un porcentaje de ciudadanos está cansado de la violencia contra los animales y espera que el problema se visibilice y se tomen medidas serias para mitigarlo.

Hay personas, los amos cuidadores, que brindan una tenencia responsable y la contención necesaria para sus vidas. No obstante, más allá de este dato que debería ser regla en cualquier sitio y caso; ya sea que las mascotas se encuentren en el patio de una vivienda o que de vez en cuando salgan o se escapen a dar una vuelta por el barrio, la muerte los suele encontrar, cualquiera sean las circunstancias.

Fallecen producto de envenenamientos, desaparecen sin que nadie haya visto nada, o los roban para luego venderlos o con otros fines (situación que en el barrio ha quedado registrado en cámaras de seguridad). También se los halla muertos en las calles o veredas, a veces sin poder constatar las causas de sus fallecimientos. Y todo queda en la nada.

Sumado a esto, “como en muchos casos las personas no denuncian a la Justicia estos hechos, sobre todos los asesinatos por distintas formas de violencia animal y envenenamiento, no existen estadísticas que nos permitan tener una visión acabada de un flagelo que sin duda angustia a amos de mascotas y a amantes de los animales en general”, explicó Iván Mochkofsky, abogado penalista especialista en Derecho animal, en conversación con Carlos Paz Vivo!

Y agregó: “Es importante poder hacer una denuncia en la Justicia, para que investigue la Fiscalía. Matar a un animal es un delito, como cualquier otro”, expresó el abogado.

Perros envenenados

“La semana pasada envenenaron a mi perro Lilo, era chiquito, no llegaba a un año de vida. Si bien por su raza se lo veía grandote. Eran un animal entrañable, muy querido por muchos vecinos. En la familia era uno más. No podemos entender que que alguien haya hecho algo semejante”, contó Lucas, vecino del barrio, sobre su mascota, quien murió drásticamente producto de un envenenamiento. Su muerte fue constatada por una médica veterinaria.

Luego, continuó: “Llamamos a la veterinaria para que le de una inyección porque estaba vomitando. Pensábamos había comido algo que le hizo mal con este calor excesivo que hace. Y cuando ella llegó, segundos después, el perro comenzó a expulsar sangre, totalmente licuada. Hizo un paro y falleció. El dolor fue enorme, nosotros tenemos niños y contarles esto, saber que su mascota ya no estaba más, todo fue terrible…”.

Para concluir, sostuvo: “La médica veterinaria presume se trató de una intoxicación con warfarina, un anticoagulante muy usado como rodenticida, más conocido como veneno para ratas”.

El mismo día que falleció Lilo, murió otro perro, raza ovejero alemán, en la misma calle del barrio, por envenenamiento, según el reporte de un médico veterinario. Su dueño prefirió no hablar por razones que no brindó y pidió se preserve su identidad.

Por su parte, Roxana Nieto, fue otra de las vecinas de Villa del Lago, que brindó su testimonio:

“En octubre pasado, mis perritos estaban siempre en el quincho. Tenían 6 años y 3 años. Se llamaban Coki, César y Pinki. Una persona le dió de comer algo muy letal, porque en un día se murieron los tres juntos. Fue un veterinario quien nos dijo la causa de sus muertes”.

Además, señaló: “Para nosotros fue algo muy triste porque eran parte de nuestra familia y mis hijas todavía lloran por ellos, cuando nos acordamos de sus travesuras. Nos quedamos con Lola, otra perra. A ella también le dio un pico de estrés. se le caía el pelo y se puso súper flaca a raíz de la muerte de los otros perros. Gracias a Dios, ya está bien. Pero fue algo muy feo lo que nos pasó”.

Imagen ilustrativa.

La mujer, que vine en calle Pitágoras, no sabe cómo hizo el delincuente para envenenar a sus perros. “En el quincho de mi casa, ellos estaban ahí, lamentablemente no tenemos cámaras y las casas vecinas se usan para alquilar en temporada. Teníamos sospechas de una mujer que pasaba siempre y los molestaba. Los hacía torear, pero no tenemos la certeza de que haya sido ella. Lo que sí nos llamó la atención, es que no la vimos más pasar por acá”.

Desaparecidos

Gabriela Bustos Cristóbal Cuello, también relató su historia. Uno de sus perros desapareció junto a otro del barrio, al mismo tiempo. Ella y su familia no entienden aún lo que le pudo haber pasado a su mascota, como tampoco al perro de su vecino.

“Vivo en calle Budapest. Hace un tiempo, se me perdió Pelochín, un caniche grande de tamaño. Se perdió junto con Bastian, el perro de Cristian, mi vecino. No los encontramos. Publiqué fotos por todos lados, pegué fotos por todos lados en Fupa, en Ipad”, relató Gabriela.

Y sumó: “Me llamaban personas de diferentes lugares, porque veían perros muertos similares al mío, pero no era Pelonchín. Esto nos provocó una tristeza enorme a mi pareja y a mí”.

Hace unas semanas atrás, Gabriela encontró a otro de sus perros, muerto, otro caniche, Jamón, que tenía 12 años.

“Me llamó mi hijo cuando estaba trabajando, que lo encontró en el cordón de la vereda de casa. El perrito no tenía sangre en el cuerpo. Suponíamos que lo chocó un auto, porque estaba al costado de la ruta de la calle”, comentó Gabriela.

Para finalizar, expresó: “Cuidábamos a mis perros, sólo puedo decir que eran guardianes, así son los caniches y ladraban a quienes pasaban por ahí. Respecto a Pelonchín, no creemos posible que se haya perdido; o lo llevaron o lo mataron, tal vez lo envenenaron. Ahora, sinceramente, no sabemos qué pensar, pero desapareció”.

Por su parte, Cristian, el vecino que perdió a Bastian y que nunca más logró recuperarlo, dijo a Carlos Paz Vivo!: “Hace un mes, yo estaba en calle Pitágoras, criábamos a un perrito de la calle, era chiquito, mestizo. Él estaba siempre en el patio que daba afuera. Si él ladraba, era porque pasaba alguien. No mordía, sólo ladraba frente a gente desconocida. Mi perro estaba siempre con el perro de Gaby, la vecina, los dos desaparecieron”.

Y arriesgó: “Al ver todos los casos de perros que envenenan, esa es una de las hipótesis, porque él siempre estaba, no se iba. Si andaba una perra en celo, volvía al otro día como mucho. A la mujer que le envenenaron los perros, al poco tiempo, intentaron robarle”.

Robados

Por último, otra vecina, Rocío, relató la desaparición de su perra: “Se la llevó una moto, en un momento que estaba afuera, me quisieron extorsionar pero esa persona no la tenía. Mi perra siempre está adentro de mi casa.”

Y finalizó: “Quedó registrado el robo y la persona que la robó en una cámara de seguridad del barrio”.