“Hace más de 30 años que hago este trabajo”, dice Cristina, una pastelitera que está todos los días en el balneario El Fantasio ofreciendo sus exquisitas dulzuras.

“Esta profesión la tengo únicamente en temporada y durante el invierno trabajo en casas de familia”, cuenta Cristina.

Los pastelitos son una de las dulzuras regionales más buscadas por los turistas y locales en la costa de los ríos o el lago San Roque.

“Me conocen los turistas que vienen todos los años y vuelven a comprarme”, expresó la mujer que tiene a media familia colaborando en esta empresa.

“Mi mamá se fue de este mundo vendiendo pastelitos en la costanera. Se llamaba Ramona Valdez y vendió toda la vida pastelitos”, dice la heredera de los bocaditos más ricos de nuestra herencia cultural y gastronómica.