Desde hace 8 años que se dedica a sanar y a ayudar, pero no lo hace ella, es Dios quien actúa por medio de su cuerpo.

Según un informe del medio El Cronista, en la memoria colectiva de los cristianos católicos, es Jesús, el hijo de Dios, quien ha tenido el poder de la sanación y hasta de multiplicar el pan y el vino. Durante los últimos 21 siglos se han conocido distintos nombres de personas que dicen ser enviados de Dios y tener un don.

Actualmente y no hace mucho, se supo de Leda Bergonzi , una mujer de 44 años con 5 hijos, quien asegura que recibió el llamado de Dios para sanar y llevar fe y esperanza a sus feligreses.

La Iglesia católica reconoce su poder y la acompaña para que, por medio de su don divino, pueda seguir sanando a más personas.

En un informe de Todo Noticias, se pudo conocer en detalle quién es Leda, una mujer como cualquier otra persona, quien hasta hace 8 años se dedicaba a trabajar como todos los demás y a criar a sus hijos. Ahora tiene la aceptación de llevar el mensaje de Dios.

Leda vive en Rosario, Santa Fe, Argentina, y hasta su lugar viajan miles de feligreses que apelan a la fe y a la esperanza para ser ungidos y salvados por Dios por medio de la imposición de manos de Leda.

Esta enviada de Dios atienden todos los martes en Rosario. En principio atendía en la catedral y parroquias barriales, pero su popularidad se hizo tan masiva, que debió cambiar de lugar y ahora recibe a miles de personas en los galpones de la ex Sociedad Rural de Rosario.

Con una capacidad para más de 3.000 personas, siguen quedando feligreses que deben volver para intentar ser tocados por el poder sanador de las manos de Leda.

La voz de Leda, la mujer enviada de Dios para sanar

En una entrevista del periodista argentino Gustavo Barco, la mujer enviada de Dios reveló cómo ayuda con su don divino.

“Hace 8 años que estoy transitando este carisma. No es ningún poder. Es don de Dios”” comentó Leda y agregó, “Lo más importante es poder comunicar a la gente que Dios está y está en medio de nosotros”.

La mujer que cura por medio de la imposición de manos asegura que de un momento a otro recibió el don y desde ese momento se ha ido potenciando, pero para ella, según su testimonio, lo más importante es “salir a amar y salir a hacer obras en el nombre de Dios”.

“Dios es el que sana, yo simplemente soy igual que todos ustedes. Yo vengo y pongo la vida por amor a Dios. Dios primero me rescató a mí y ahora yo salgo a donarme por amor a Dios”, explicó Leda.

 

Fuente y foto: El Cronista