La niñez es el tiempo de guardar recuerdos. Sin quererlo ni notarlo, nos vamos quedando con pequeñas cosas que aparecen a lo largo de la vida como pequeños regalos del pasado. Abuelas alcanzando el mate especial para los chicos, el mate de leche, el permitido para los más pequeños.

Pero, además de esos mimos de abuelas, el mate de leche aporta elementos nutricionales que no se consiguen con el convencional.

El sitio Quiero mate tiene un apartado especial para esta infusión tan anclada en nuestros recuerdos.

“La leche, a diferencia del agua, contiene muchas vitaminas A, D y principalmente del grupo B. También posee calcio, magnesio, yodo, zinc y fósforo, entre otros”, se señala y agrega:” Por su parte, la yerba mate aporta minerales, vitaminas y combate el colesterol malo”.

Ingredientes:

Para preparar mates de leche necesitarás de los ingredientes básicos: yerba mate, azúcar o edulcorante si quieres endulzarlo, y leche caliente.

Preparación:

La leche debe verterse en una pava u olla y llevar al fuego para que caliente. Es importante que el fuego siempre se mantenga bajo ya que la leche no debe hervir. Ya cuando alcance una temperatura de 90º aproximadamente hay que retirarla del fuego.
El mate de leche no es rico con leche fría así que para evitar tener que estar calentándola cada rato, lo mejor es utilizar un termo.

El mate debe llenarse con yerba hasta la mitad. Aquí no hay muchas instrucciones especiales ya que es igual que llenar un mate para cebar con agua caliente.
La única recomendación es agitar el mate antes de cebar para que se elimine todo el polvillo de la yerba.

La bombilla debe colocarse después de haber añadido un sorbo de leche caliente. Luego se lo puede endulzar añadiendo azúcar o edulcorante. Ya después se lo puede llenar completamente de leche y disfrutar de la infusión.