Por Natalia Lazarini, para UNCiencia. Adrián Díaz, director del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Virología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, despeja las principales dudas que se presentan en torno a la fórmula del laboratorio Takeda. Como no está en el calendario obligatorio, es indispensable la consulta médica. (17-04-2024)

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó en abril de 2023 la vacuna contra el dengue Qdenga del laboratorio japonés Takeda.

El esquema se aplica en dos dosis, separadas con un intervalo de tres meses.

A partir de ese momento, especialistas de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) comenzaron a evaluar datos de efectividad y seguridad. Una vez que emitan el dictamen, el Ministerio de Salud de la Nación podrá incluirla en el calendario nacional de inmunizaciones.

Por el momento, Nación descartó proveer esta vacuna en forma gratuita. Algunas provincias como Salta, Misiones y Santa Fe están realizando pruebas piloto para evaluar, entre otras cosas, la respuesta y adherencia de la población.

Cuánto cuesta. Como no es gratuita y no se encuentra en el carné obligatorio, quienes desean recibirla deberán pagar 70.843 pesos por cada dosis, previa consulta con su médico de cabecera.

Adrián Díaz, director del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Virología José M. Vanella de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, despeja las dudas que pueden presentarse a la hora de tomar una decisión. ¿Quiénes deben recibirla y quiénes no? ¿Sirve la vacunación masiva como estrategia de bloqueo?

Díaz asegura que la vacuna es efectiva para disminuir complicaciones, sobre todo en las personas que ya se infectaron con el virus del dengue en brotes anteriores y que viven en zonas de circulación endémica. Pero advierte que una vacunación masiva no sería la estrategia de bloqueo recomendada en esta época de la epidemia para bajar drásticamente los casos.

–¿Cómo funciona la vacuna?

–Se genera con un virus vivo atenuado: un virus que no tiene la capacidad de enfermar severamente o de hacer mal a las personas. Antes que nada, hay que aclarar que existen cuatro tipos del virus del dengue: el DEN 1, 2, 3 y 4. Estos se llaman “serotipos”. Ahora bien, el diseño de la Qdenga contiene el genoma completo del serotipo 2, pero su proteína de envoltura fue reemplazada para que pueda incluir los 4 serotipos en partes iguales. ¿Por qué es importante la envoltura? Porque es la proteína que utiliza el virus para identificar la célula y poder infectarla. Genera anticuerpos neutralizantes, que frenan la replicación del virus. El desarrollo del laboratorio Takeda inmuniza contra el dengue y además genera anticuerpos neutralizantes contra los 4 serotipos.

–¿Es efectiva?

–Los estudios de fase dos y tres demostraron seguridad. Contra los serotipos 1 y 2, la eficiencia era superior al 80%. Mientras que contra los 3 y 4, rondaban entre el 40 y el 50%. En febrero, cuando se publicaron los resultados de los estudios a los cuatro años y medio de la fase tres, se vieron diferencias entre las personas que habían tenido dengue previamente. Es decir, en las que se habían infectado naturalmente. En ellos, la respuesta inmune generada por la vacuna los protegió para todos los serotipos. Mientras que en quienes no tenían registros de infecciones previas, que no se habían infectado antes, hubo diferencias. En este grupo, la mayor protección se daba contra los serotipos 1 y 2. No había datos contra DEN 4 y no evitaba hospitalizaciones a quienes se infectaban con el serotipo DEN 3.

–¿Por qué la diferencia?

–El virus del dengue tiene una proteína no estructural que juega un rol fundamental en la clínica del paciente. Es la NS1 cuyos antígenos se detectan en los test comerciales. Esta proteína incrementa la permeabilidad de los vasos sanguíneos, provocando deshidratación y hemorragia durante el dengue grave. Como la Qdenga contiene el genoma del serotipo 2, produce anticuerpos contra la NS1, pero sólo para ese serotipo. Esa podría ser la causa de la diferencia. Las personas que ya se infectaron previamente en forma natural desarrollan una respuesta inmune contra todas las proteínas del virus.

–¿Quiénes deberían recibirla?

–Las personas que vivan en zonas de circulación endémica (donde el virus está activo todo el año) y que hayan tenido dengue. Por ejemplo, en el norte del país. En el caso de Córdoba, podrían vacunarse también aquellas personas que se infectaron previamente. Si no se infectaron, recomendaría esperar más datos sobre el efecto protector de la vacuna a gran escala poblacional. O bien esperaría la vacuna que están desarrollando los Institutos de Salud de Estados Unidos y el Instituto Butantan de Brasil.

–¿Qué deben hacer los mayores de 60 años?

–Como esta vacuna no está incorporada en el calendario, todas las personas deben consultar con sus médicos de cabecera. En el caso de los mayores de 60 años, sería más cauteloso porque faltan estudios de eficacia y seguridad. Los datos concretos que hoy existen de esta vacuna son de fase tres y de una cohorte de personas de entre 4 a 16 años. En población de entre 16 a 60 años, el laboratorio hizo un estudio de extrapolación de esa información, sobre la base de distintos modelos. Son estimaciones. En breve se conocerán algunos datos de estudios de fase 3 en personas de entre 16 a 40 años. Ahí habrá información fáctica. Pero en mayores de 60, todavía falta información sobre seguridad. A medida que la persona envejece, disminuye su sistema inmune. Como esta es una vacuna a virus vivo, sería más cauteloso en esa población.

–¿En quiénes está contraindicada?

–En personas gestantes, en aquellas que están en período de lactancia, en cardíacos, diabéticos e inmunocomprometidos. Los individuos VIH positivos pueden vacunarse si tienen un recuento normal de CD4.

–¿Hay alguna opinión encontrada sobre su uso y su efectividad?

–Hace poco, el Ministerio de Salud de la Nación emitió un comunicado que fue polémico porque dio a entender que la gestión anterior no había hecho nada para prevenir la epidemia. Me parece bien que haya sido cauteloso al no indicar la vacuna, porque todavía faltan datos.

–¿Sirve la vacunación masiva como estrategia de bloqueo?

–La Organización Mundial de la Salud no la recomienda como estrategia porque no saben si bloquea la replicación viral.

–¿Cuánto deben esperar las personas que tuvieron dengue?

–Si se quieren vacunar, esperaría por lo menos seis meses. Lo importante es dejar en claro que la vacunación es una herramienta más de prevención, que no reemplaza las demás. A diferencia del Covid-19, esta enfermedad se transmite por un vector. Si no eliminamos los mosquitos con todas las medidas preventivas que ya conocemos, no se podrá contener la epidemia.

En qué consisten las vacunas a virus vivo atenuado

Las vacunas que contienen virus vivos atenuados no son nuevas. En la segunda mitad del siglo 18, Edwar Jenner descubrió que las personas que trabajaban con vacas se infectaban con la viruela del ganado bovino, pero no se enfermaban.

Estos primeros estudios descubrieron que había virus atenuados, que pertenecían a una especie viral que no estaba adaptada para las personas. Por tanto, no pueden enfermarlas o hacerles mal. No tienen “virulencia”.

“Por la propia evolución del virus, que va mutando, se pueden encontrar cepas atenuadas naturalmente. Se generan linajes o cepas que no generan virulencia o no enferman. Otra opción es atenuar la cepa viral mediante manipulación genética”, explica Díaz.

Esa misma tecnología es la que se usó en el desarrollo de la vacuna contra la fiebre amarilla.

Otras vacunas contra el dengue

En paralelo a las investigaciones de Takeda, el laboratorio Sanofi Pasteur elaboró otra vacuna contra el dengue. “Era una quimera. Contenía el genoma completo del virus de la fiebre amarilla, pero sin su proteína de envoltura. En ese lugar, en la envoltura, incluía la proteína del dengue para cada uno de sus serotipos”, detalló Díaz.

Las personas que se vacunaban desarrollan anticuerpos contra la fiebre amarilla y para la proteína de la envoltura del dengue.

Los ensayos de fase tres demostraban una protección mayor al 70% contra los serotipos 3 y 4, pero menor para los serotipos 1 y 2 (40 y 50% respectivamente). “Eso comenzó a generar sospechas”.

Filipinas la incluyó en el calendario y la utilizó en una campaña de vacunación masiva. Al tiempo comenzaron a aumentar los casos de dengue grave, en especial, en jóvenes. “Se comprobó que la vacuna generaba anticuerpos contra la proteína de la envoltura del dengue, pero no contra el resto de las proteínas”, agregó el investigador.

Aunque la Organización Mundial de la Salud no la descartó (y la recomendó para personas con registros de infección previa), esta vacuna quedó prácticamente desechada por la desconfianza que se generó a partir de la experiencia de Filipinas.

Una tercera vacuna contra el dengue que está en desarrollo promete lograr mejores resultados. Se trata de una formulación elaborada entre los Institutos de Salud de Estados Unidos y el Instituto Butantan de Brasil. Puede llegar a ser más efectiva a la hora de bloquear la replicación del virus.