Tras la aparición de tres casos en vuelos provenientes de Los Ángeles y Abu Dabi, la organización activó los protocolos y se encendió la alarma por una posible suspensión.

Más de 70 tenistas fueron puestos en aislamiento tras compartir vuelo desde Estados Unidos y los Emiratos Arabes con tres personas que dieron positivo en el test realizado al llegar a Australia para disputar el primer Grand Slam del año.

Desde la organización del Abierto de Australia actuaron de rápida manera para poner en cuarentena a los afectados y que no se propague el virus, lo que lograría tener que suspender el torneo.