La fugazetta rellena que prepara este local, que ya lleva 80 años en la Ciudad de Buenos Aires, lleva un ingrediente especial.

Después del asado, la comida más buscada por turistas y porteños en Buenos Aires es la pizza.

Segun destaca LA NACION, entre ellas se destaca en el barrio de Villa Ortúzar la famosa fugazetta rellena de la Mezzetta. Su fama se debe a la cantidad de queso chorreante que lleva cada unidad.

La fugazetta rellena que prepara este local, que ya lleva 80 años en la Ciudad de Buenos Aires, lleva una preparación particular: cortan la masa en bollos para que queden gruesos, la dejan descansar para que fermente y aumente el volumen. Luego, colocan la muzzarella en el molde, dan vuelta la pizza, estiran la muzzarella y le agregan chimichurri. Finalmente, la vuelven a dejar descansar directamente en las fuentes que irán al horno.

El ingrediente principal de la pizza es el queso mozzarella. La cantidad de queso que se utiliza en cada pizza es de aproximadamente de 1 kilo y 500 gramos. La pizza se hornea a alta temperatura durante no más de 10 minutos. Cuando está lista, se retira del horno y se corta en porciones. El resultado es una pizza con una masa crujiente, un queso fundido y abundante y un sabor intenso y delicioso.

La pizzería que representó a la Argentina en una serie de Netflix

Cuando ya era un clásico para los porteños, La Mezzetta recibió otro fuerte respaldo cuando un aluvión de turistas llegó gracias a que aparecieron en una serie de Netflix. En el año 2020, en medio de la pandemia, se estrenó “Street Food”, que reflejaba un recorrido por diferentes países de latinoamérica y los platos callejeros más elegidos.

En el capítulo dedicado a Argentina sobresalió la figura de Francisco Ibañez, el maestro pizzero que complació a los espectadores por el amor que transmitía a la hora de ponerse a cocinar. La historia de este hombre y del local emblemático de Buenos Aires, fue de lo más valorado por los usuarios de esta serie.

La Mezzetta fue inaugurada en 1939. Conserva las reglas de sus principios: sin mesas ni sillas, se come “de parado”. Lo llamativo es lo corto del menú de opciones: muzzarella, fugazzetta, anchoa y napolitana.

El recambio de clientes es continuo y se ven colas de media cuadra a lo largo de todo el día. Los postres son muy tradicionales y una marca registrada en Villa Ortúzar: torta de ricota, torta de dulce de leche y la gran pasta frola de membrillo.

 

Fuente y foto: LA NACION