Hace unos días Abril Alderete cumplió sus 15 años y su sueño era tener un potrillo. Así fue que su familia la sorprendió con ese regalo. A los pocos días, Pancho, como le puso la adolescente en honor a su bisabuelo, desapareció de la casa donde vive junto a su familia en Estancia Vieja.

Según contó el papá de Abril, Román Alderete, la tristeza invadió el hogar y su hija grabó un video apelando a la comunidad, con el fin de obtener algún dato de su potrillo.

Después de unos días, lograron dar con Pancho, pero en todo el proceso de búsqueda, Román descubrió el verdadero motivo que existe detrás del robo de los caballos y cómo lo hacen.

“Somos nuevos en la zona, y comenzamos a averiguar con los lugareños y descubrí todo esto. Al parecer entra alguien, lo desata y desde afuera lo llaman con alfalfa o maíz, entonces el caballo sale solo”, explicó.

Y siguió contando que de esa forma el animal está en la calle, como perdido y es ahí donde se lo llevan. “La única manera de robarlo es a través de otro caballo, con un jinete que lo va manipulando”.

Un vecino lo ayudó a seguir las huellas, aunque él no podía salir de su asombro de que pudiera lograrse, comenzó a seguir al lugareño. “Era de película, fuimos siguiendo el camino que nos marcaban las huellas, en un momento me advirtió que seguro habían ido para el río, y fue así. Se veía la huella de un caballo con herradura y la del potrillito que no tiene”.

“Siguió por 3 kilómetros, y desapareció, pero me decía el lugareño que lo hacen a propósito para despistar. Hasta se vio que en un momento el potrillo se quiso escapar”, comentó.

Cómo apareció el caballo

Como mencionamos, Abril hizo un video que se hizo viral, y quien lo tenía les brindó detalles de donde estaba Pancho. Fue así que llegaron a una vivienda ubicada en la zona de Villa del Lago, a casi 4 kilómetros de la casa de los Alderete y ahí lo vieron “atado con un candado”. Situación que le llamó la atención a la familia.

“La persona que nos atendió dijo que lo encontró en la madrugada, que estaba solo y lo agarró, se pisó en varias cuestiones, pero no quisimos denunciarlo porque creemos que la gente puede cometer errores. Le agradecimos y nos fuimos”, señaló Román.

Y agregó: “El caballo estaba muy escondido, atado con un candado. Si vos pasas por el lugar, es imposible de ver que estaba ahí. Suelen tenerlos un día encerrados y escondidos, de tal manera que nadie los ve, hasta que los vienen a buscar y se los llevan”.  

Por último aseguró que “seguramente”, Pancho tenía otro destino.

Más datos

Entre otras averiguaciones que hizo, logró interiorizarse del “gran número” de robos de equinos que se da en Punilla, y destacó que hay personas del lugar “que pasan los datos y llega gente de afuera a llevárselos”.

Hay dos motivos del por qué se da el saqueo de estos animales: “uno es para la comercialización de la carne, y el otro es para hacerlos trabajar”.

Román contó que ese mismo día, “desaparecieron dos caballos más en la zona”.

Desde la Fundación Zorba explicaron hace semanas atrás, que la Argentina exporta “el 60 por ciento de la carne de caballo del mundo y no cría caballos para carne. De dónde provienen entonces esos caballos, del robo, de las crías, de las carreras, del polo, de todos los caballos descartados de nuestro país cuando no sirven más”.

Indicaron que en la Argentina “hay cuatro frigoríficos habilitados” para faenar carne equina, aunque denuncian que es muy común que se falsifique documentación sobre los animales.

“En Europa es carne gourmet. La mayoría de los caballos que se roban van a parar a los frigoríficos, algo que también sucede con los caballos de deportes, como el polo o turf, que van al matadero después de su vida útil”.

La crin del caballo también tiene un uso comercial poco regulado, ya que se la utiliza para hacer variados productos, que van desde joyas hasta instrumentos musicales y colchones de lujo en Europa.