Juan Cruz Komar es un futbolista diferente. No le preocupan sólo los entrenamientos o el rendimiento de Talleres, el equipo en el que juega. No ve a la exposición mediática a la que lo lleva el fútbol como un fin en sí mismo, sino como un medio para lograr algo más importante.

Le interesan las problemáticas sociales, y así como dentro de la cancha es un aguerrido defensor, fuera de ella es un militante de la transformación. Lo que dice no es un relato, conoce esas realidades de primera mano. Junto a la organización barrial Esquina Popular patea las calles de los barrios Villa Boedo y Villa Bustos, en las afueras de Córdoba. Y ahí se da “una cucharada de realidad”, tan necesaria para salir de la dimensión paralela a la que el fútbol lleva a los jugadores profesionales mediante grandes dosis de dinero y fama.

Para Komar, que debutó en la máxima categoría nada menos que en Boca, el fútbol no sólo es su medio de vida, sino una herramienta de transformación social. Porque la exposición mediática que da este deporte puede ser utilizada para sacar a superficie la realidad de las clases sociales marginadas, para hacer visibles a los invisibles, para darle voz a los que no la tienen.

—¿Qué ves en tus visitas a los barrios postergados de Córdoba?

—Esas visitas son una cucharada de realidad, porque yo tampoco estoy exento de caer en la burbuja a la que te lleva el fútbol. Lo que se puede palpar en los barrios es mucha violencia policial e institucional, además de política que genera violencia en la gente. Es muy común escuchar que a la gente humilde se la ataque y que se diga que no quieren trabajar o que roban. Se los estigmatiza sin conocer la realidad violenta y la situación de vulnerabilidad en la que viven. Parece muy fácil decir que esos pibes salen a robar y que no estudian o que no trabajan, pero vos tenés la posibilidad de mandar a tu hijo a la escuela, a inglés o a la actividad que quieras. En cambio, el pibe de uno de estos barrios, a los 15 años, en lugar de hacer eso o de jugar con sus amigos está limpiando un vidrio o cuidando un auto. Entonces no va a tener las mismas posibilidades que otros chicos. De esta base parten muchos de los problemas sociales y lo único que se hace es estigmatizarlos.

—Sin embargo, la caridad en esos casos no es más que un parche mientras por el poder desfilan políticos de todos los partidos sin proponer cambios estructurales.

—Es que yo no estoy a favor de la caridad. Entiendo que ayuda y que puede ser una caricia, pero no es algo que sana. No es la solución. Por eso en la organización en la que participo no hacemos caridad sino que intentamos profundizar cambios desde las bases y mostrar una realidad. La posibilidad que yo tengo es la de exponer esta realidad a otros sectores de la sociedad que están totalmente desinformados.

—¿Qué rol pueden cumplir el fútbol y los jugadores en torno a estas problemáticas sociales?

—Que el fútbol se involucre en estos casos puede permitir que las opiniones tengan un alcance más grande y que se pueda concientizar a una parte de la población. El jugador de fútbol puede dar el ejemplo y eso sería bueno para la parte de la sociedad que consume lo que los deportistas brindan.

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