Seis palestinos que se encontraban recluidos en la prisión de alta seguridad israelí de Gilboa, a la que la llaman “la caja fuerte”, lograron fugarse este lunes por la madrugada.

Los reclusos eran parte de la Yihad islámica y Hamás, grupos fundamentalistas y terroristas de medio oriente. Cuatro de ellos estaban cumpliendo sentencias de cadena perpetua por haber planificado o ejecutado ataques mortales contra israelíes, otro estaba bajo una orden de detención especial y el último a la espera de sentencia.

Las autoridades los buscan con perros entrenados, drones y puestos de control en diversas carreteras.

Se cree que los fugados lograron escapar abriendo un hueco en el suelo del baño de la celda que compartían y cavando un túnel que aparentemente conducía a un campo justo fuera de los muros de la prisión. Esta tarea les llevó por lo menos 2 meses.

Arik Yaacov, uno de los responsables del Servicio de Prisiones de Israel, dijo que después de salir de su celda a través de un hueco, los prófugos usaron unos pasadizos subterráneos que se formaron durante la construcción de la cárcel para lograr escapar de la misma.

Se investiga la complicidad de gente externa a la cárcel, como si un auto los recogió una vez fuera y a otras personas que trabajan en la prisión, entre ellas, a una vigilante que admitió haberse quedado dormida durante su turno.