Facundo Boldrini, deportista de Villa Carlos Paz, hace slackline hace más de 10 años, un deporte de equilibrio en el que se usa una cinta que se engancha entre dos puntos de anclaje, generalmente, dos árboles.  Pero además,  hace 6 años,  practica una variante mucho más arriesgada del deporte, que se llama highline. Esta se realiza sobre cintas ubicadas a grandes alturas.

Este deporte requiere de un equipo especial (poleas, backup, bananas linegrip, eslingas, grilletes y un buen punto de anclaje) y experiencia en seguridad y montaje.

Generalmente, un equilibrista porta un arnés con una cinta con anillas enganchada a la cinta plana slackline aunque hay quienes realizan esta modalidad sin ningún tipo seguridad.

A Facundo siempre le gustó el deporte pero además hacía circo cuando era un niño. “Un día haciendo slackline, y tras ver unos videos, incursionamos con unos amigos en highline. Primero vimos que había un equipamiento especial para hacer este deporte, así que entre todos, empezamos a comprar material para poder practicarlo”, contó el joven  a Carlos Paz Vivo! sobre cómo se inició en el deporte extremo.

Sentir la línea en altura

¿Qué se siente al experimentar caminar sobre una cuerda a tantos metros de altura? El joven manifestó que “el sentir de la línea es muy diferente a lo que se ve. La gente puede pensar que estamos locos o que es maravilloso lo que hacemos, pero en realidad para uno que lo practica, se entra en estado de meditación”.

Y añadió: “Yo soy además guardavidas y en cruces largos de agua, en natación, me pasa algo muy parecido a cuando estoy haciendo highline. Entro en un estado de respiración y meditación. Con la línea, primero se afronta el miedo a la altura y a la desconfianza en el montado, por eso es tan importante confiar en el equipo que montó eso, porque lo fundamental es que no haya fallas humanas, las herramientas no fallan, sino las personas”.

Una vez que se tiene confianza en el equipo y el montado, comienza el trabajo puramente personal sobre la línea en altura. “Subís, hacés equilibrio y peleás contra los miedos. En la montaña hay mucho silencio y eso favorece muchísimo. Es muy placentero.

En relación a las prácticas de slackline, Facundo y sus amigos las realizan tres veces por semana al aire libre en modalidad parque, esto es hacer equilibrio a baja altura, aproximadamente a un metro. Normalmente se juntan en la costanera de la ciudad.

Highline y el armado de las líneas

“Highline hacemos una vez por semana o  una cada dos semanas, dado que se necesita de tiempo. El equipado, el tendido de las líneas, aunque parece simple verlo, es lo que más tiempo lleva. Armar las líneas lleva por lo menos 4 o 5 horas y trabajo en equipo”, explicó Facundo.

Debido al tiempo que implica la preparación de líneas para hacer este deporte, tienen que refugiarse en las montañas, en las Altas Cumbres o Los Gigantes. “Vamos a Copina o a Capilla del Monte muchas veces, que es lo que tenemos más cerca, comentó.

Pocos disfrutando a lo grande

En la Argentina, algo más de 200 personas practican highline, y al parecer, la tendencia es que el número de deportistas crezca a medida que se conozca más la práctica y se abran escuelas. En su mayor parte, estos deportistas se encuentran en Mendoza, Neuquén y Buenos Aires.

“En Córdoba la comunidad de highline es pequeña pero hermosa, disfrutamos mucho. Nos conocemos entre todos porque somos muy pocos”, aseguró el joven y continuó: “Tenemos un grupo de WhatsApp donde compartimos todas las novedades tecnológicas del deporte para actualizarnos”.

Facundo Boldrini, haciendo Highline.

Por el momento, no existe una escuela de highline en la provincia que enseñe el deporte, incluso en el país, solo hay en Buenos Aires, pero junto a sus amigos, Facundo tiene el deseo de impulsar una. “Desde el año pasado tenemos la intención de iniciar la escuela, pero por distintas situaciones no podemos iniciar.”, expresó.

Este deportista que ama los desafíos, dicta en Villa Carlos Paz seminarios de Iniciación al Highline que duran tres días, donde se enseña la base del deporte, es decir,” para que la persona ya sepa cómo hacer slackline o cinta baja, para que tenga una noción de equilibrio”.

En tal sentido, Facundo detalló: “Se hace también toda la pedagogía para la seguridad y la técnica en altura. El primer día de seminario se ve toda la parte técnica y seguridad, la segunda parte se hace jornada de montado de línea y seguridad de la misma, y el tercer día es la práctica del highline propiamente dicha, más de mente que de  cuerpo, para vencer los miedos  y poder calmarlos y superarlos”.

 

Objetivos, sueños y resistencias

“Mi sueño sería hacer proyectos en distintos partes del mundo, ir haciendo ‘cruces urbanos de edificios’ para pasarle esa adrenalina que sentimos a la gente, para que salga un poco de lo común, de la estructura. Fabricar puentes nuevos en la ciudad, hacer que la gente alucine y disfrutarlo yo también”, manifestó Facundo y admitió que la práctica urbana de este deporte, es muy complicada por los permisos que se necesitan para llevarla a cabo.

En Carlos Paz, Facundo tiene como propósito cruzar en los arcos del puente peatonal del centro. “Será lo primero que haga, para luego continuar con otros lugares”, arriesgó.

“Acá en Carlos Paz hay muchos lugares para practicar higline, no solo por los árboles, sino por el terreno y los desniveles. Armamos vías en diferentes lugares, pero cada vez que las colocamos, la Policía o los Bomberos las sacan o nos invitan a retirarnos, por la ignorancia sobre la práctica o el deporte”, dio a conocer el joven. Por ese motivo también es que tratan de practican en lugares donde no los interrumpan.

A pesar de esto, Facundo piensa en generar un proyecto en el que finalmente sea posible hacer highline urbano, con todos los elementos necesarios, también incluyendo equipo de salud, y las autorizaciones pertinentes.

Por último, este deportista, -quien en sus comienzos de highline vio “En la cuerda floja”, película de Robert Zemeckis del 2015, donde se cuenta la hazaña de Philippe Petit, el equilibrista francés que cruzó a través de una cuerda las Torres Gemelas en 1974-, filme que resultó un gran estímulo – asegura que el highline es uno de los deportes extremos más seguros.

“Tenemos vuelos muy limpios y libres, no tenemos golpe a la roca como la escalada por ejemplo, nos puede golpear la cinta pero es de poliéster o nylon, no produce nada más que un moretón”, concluyó.

Los interesados en hacer slackline y highline pueden comunicarse al 3541 648022.