José Luis Altamirano en el Cerro Champaquí, durante la nevada del 16 de junio pasado.

El Champaquí es considerado una de las maravillas naturales de Córdoba. El cerro, localizado en el oeste, en las Sierras grandes, es el pico más alto de la provincia, con una altura de 2790 metros. José Luis Altamirano, baqueano de la zona y bombero de profesión hace 22 años, lo asciende muy a menudo para acompañar a quien se anime a subirlo y también por placer propio. Antes de la nevada del 16 de junio, el hombre decidió subir a la sierra con tres amigos para contemplar el fenómeno natural desde un lugar privilegiado.

“No hice esto como una hazaña de héroes, me dedico a subir al Champaquí desde que era muy chico, conozco el lugar. Antes de la pandemia acompañaba a personas a escalarlo, como guía. Lo subí ahora para disfrutar de la naturaleza en un momento tan especial como lo fue la nevada. Me gusta conocer el cerro con todas las temperaturas posibles tanto cuando hace – 20 grados bajo cero, como cuando hace mucho calor ; y este era un momento muy interesante”, contó José Luis en conversación con Carlos Paz Vivo!

A los 7 años, el hombre conoció la Quebrada del Tigre, una estancia antigua ubicada al pie del Champaquí, y desde allí y de a poco, se fue metiendo en el cerro, conociendo las sierras, los filos. “ La curiosidad me fue llevando a hacer lo que hago hoy. Cuando entré a Bomberos fui participando en rescates y me metí de lleno en el tema. Cada vez que se pierde alguien, siempre estoy dispuesto a ayudar”, expresó.

El baqueano, quien aseguró además que sube la montaña para mantener su estado físico, compartió su aventura en redes sociales y aunque la gente que lo conoce no se sorprendió, a otros les pareció una proeza digna de contar.

José Luis con sus amigos en el Cerro Champaquí.

Hacer noche en El Champaquí

“Con el tema de la pandemia desde el año pasado, me acostumbré a andar solo. Estoy mucho en el refugio del Champaquí en soledad, así que siempre, de dos a tres veces por semana, voy a las sierras y hago todos los circuitos y los senderos de la cara oeste del Champaquí. Conozco bastante…”, comentó José Luis.

Luego, relató la aventura. “Salimos el día martes 15 de junio a las 10,30 hs, ya sabía que iba a nevar porque sigo con frecuencia el clima. Invité a tres amigos que siempre están dispuestos, así que armamos equipo. De ese modo organicé la salida para quedarnos arriba del Champaquí y esperar la nevada”.

El grupo de hombres salió desde la localidad de San Javier y recorrieron 17 km hasta la cima, tardaron aproximadamente 4 horas y media para llegar.

“Fuimos por la Cuesta de las Cabras, del lado oeste del cerro. Estábamos cargados, llevamos el equipo completo. Esa tarde estuvo hermosa, llegamos tipo 16, 30 hs y sabíamos que iba a nevar alrededor de las 20 hs. Nos quedamos en un silo de chapa que está sobre el Cerro Champaquí, que tiene muchos años ya. Es es el refugio, está habitable, siempre dejan mercadería, cosas para subsistir. Mucha gente lo usa para resguardarse del frío y de las tormentas, y lo usamos también en los momentos de rescate”, detalló José Luis.

Y añadió: “Comenzó a nevar despacio, a las 20 hs. A esa hora en el siglo hacían 8 grados y a medianoche ya estábamos en 0 grados. Cocinamos, dormimos. Nos despertamos a las siete con -8 grados bajo cero. Cuando salimos, tipo 8, estaba todo nevado,- una belleza- y seguía nevando. Como nevó toda la noche, había una gran acumulación de nieve”.

El descenso

Recién a las 10 de la mañana, después de desayunar por segunda vez y prepararse, comenzaron el descenso del cerro. “Esperamos un poco para bajar para que mejorara un poco el clima, estaba muy cerrado arriba. Empezamos a bajar muy despacito, yo iba adelante marcando la huella hasta salir de la parte más crítica donde hay mucha piedra y estaba todo congelado” contó el hombre y destacó: “en partes hacíamos culipatín para poder descender, pero siempre con todos los cuidados del caso”.

Durante el descenso no dejó de nevar, el grupo encontró partes del cerro con hasta  con 50 centímetros de nieve. Retornaron a San Javier a las 17,30 hs con el objetivo cumplido.

Por último, José Luis reflexionó sobre su aventura compartida: “En esta pandemia es importante que la gente que puede aproveche la naturaleza, que salga a caminar, que no se quede, porque con todos los recaudos que hay que tener, en esos lugares puros nadie se contagia, y pueden así disfrutar la belleza que tenemos, ir a diferentes lugares, dentro de las posibilidades que tenga cada uno”.