La enfermera que fue denunciada por llevarse una vacuna de un centro de salud del municipio de Río Cuarto y aplicársela a su esposo, habló con el diario Puntal y señaló que en esa ciudad se priorizó la aplicación a funcionarios y sus familiares.

En extenso reportaje concedido al diario de la segunda capital de la Provincia, la mujer sostuvo que fueron muchas las personas que se vacunaron sin estar en ninguna lista. 

La mujer admitió que cometió un error aunque señaló que hizo lo que hizo porque la dosis se iba a tirar a la basura.

Y apuntó: “Hace 16 años que soy enfermera de la Municipalidad y hace 27 años que soy enfermera. Ese día me presenté a trabajar como cualquier otro; empezamos a armar las células, nos traen las vacunas y arrancamos. Hay dos compañeras que están en la parte administrativa, que van cargando la información en el programa, y otra es la que vacuna. Por lo general, nos vamos turnando para no cansarnos. En un momento me toca a mí hacer la parte de vacunación. Nos traen vacunas cada cierto tiempo, son vacunas que se tienen que descongelar a mano y se colocan en el momento. Son las vacunas rusas. Cerca del mediodía, que no sé bien qué hora era, nos quedamos sin gente, había vacunas en la bandeja. Cuando levanto la bandeja para ponerla en la conservadora para que no esté expuesta en la mesa, entre los papeles de las jeringas y debajo de las alitas de la bandeja, cuando levanto veo que había una de las vacunas; la agarro, la toco y estaba natural. Puse el resto en la conservadora y, en ese momento, él me escribe (señala a su pareja) para traerme unas cosas y decidí colocársela”.