Gladys Ocampo se mueve en una silla de ruedas. En 1997, un siniestro vial le provocó heridas en distintas partes del cuerpo; estuvo muy grave, le amputaron una pierna y luego de una larga convalecencia salió adelante. Su marido murió en el accidente.

Desde ese momento, Gladys se mantiene con la pensión graciable que recibe y sigue trabajando con sus manos para llevar pan a su mesa. “Dios me dejó estas manos para ganarme la vida”, dice la mujer que asegura que no recibe ayuda de ninguna institución ni gobierno, sólo de amigos y vecinos que son muy solidarios.

La mujer, de 70 años, teje y arma pulseras para venden en las iglesias y recorre algunas de las fiestas patronales de la zona para ofrecer sus productos.

“Tengo una lesión en la columna que me impide caminar”, cuenta la mujer que se ubicó en la puerta de la iglesia en San Antonio para

“Tengo una difusión diastólica y me tienen que poner un marcapasos en la Fundación Favaloro y puede llegar a corregirse”, indicó la mujer.

Por otra parte, contó que le regalaron una silla de ruedas en la Fundación Favaloro y le está faltando un cargador para la batería. “Es eléctrica, conseguí las baterías y me falta el cargador que cuesta 200 mil pesos, aproximadamente”; dice.

Para quienes quieran colaborar, el Alias de Gladys es: “zulma.medalla” a nombre de Zulma Gladys Ocampo.