Melisa Anahí Luna (26), la joven asesinada esta madrugada en La Falda, había sido imputada en 2016 por la muerte de su beba recién nacida en circunstancias que iban a tratarse en un juicio que estaba pronto a realizarse en tribunales de Cruz del Eje.

El hecho que estaba por ser juzgado ocurrió en horas de la madrugada del 18 de julio de ese año en la vivienda familiar en el marco de un embarazo que, según los investigadores, había sido oculto durante la gestación.

En esa madrugada de intenso frío, la joven llegó descompuesta al hospital Domingo Funes y los médicos determinaron que había tenido trabajo de parto horas antes y lo comunicaron a la Justicia.

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En ese momento, según las notas periodísticas, la madre de la joven desconocía que estaba embarazada. Una hermana de Anahí fue quien encontró a la bebé muerta debajo de una escalera en una mañana muy fría.

El abogado Pedro Despouy Santoro, quien defendía a la joven madre en la causa que se le seguía, aseguró que se estaba esperando la realización del juicio y apuntó: “Estábamos con Omar Capdevilla trabajando en esa causa. Fue un hecho muy particular, trabajamos por la libertad de ella y nos hicieron lugar porque veían algunas circunstancias de atenuación”.

“La imputación originaria era la de homicidio calificado por el vínculo. Se trabajó con una serie de pericias extraordinarias interdisciplinarias. Logramos acreditar circunstancias extraordinarias de atenuación que hicieron modificar esa calificación penal por lo que obtuvimos en su momento en la Fiscalía la libertad de esta joven”, dijo el letrado y agregó: “Las pericias hablan de un estado de especial vulnerabilidad de esta chica por haber vivido circunstancias familiares. Le tenía un temor reverencial a su madre y por eso ocultó el embarazo y el nacimiento. Estábamos esperando el juicio en el que se iba a discutir si cabía absolverla o una condena por homicidio culposo, una condena mucho más leve”.