El relato en primera persona fue escrito este viernes por una joven madre de dos hijos de Villa Carlos Paz. La mujer pidió preservar su identidad pero desde la redacción de Carlos Paz Vivo consideramos que su testimonio era valioso en momentos tan difíciles como los que estamos atravesando.

Relato en primera persona de los 14 días más intensos de mi vida.

Soy mujer, debe ser por eso que fui dotada de una fuerza extra y tengo a Dios en mi vida que me sostiene y en Él puse mi confianza desde el primer minuto. Mis padres y mi hermana discapacitada dieron positivo a Covid- 19 la tarde del sábado 8 de 5 mayo.

Como nos habíamos visto el día anterior, fui contacto estrecho por lo tanto, corrí a aislarme. El domingo el CEDER estaba cerrado. El lunes, me acerco al centro de hisopado y estuve en esa fila por 4 horas, ya con síntomas, esperando a que me hisopen. Di positivo igual que mi esposo e hijos.

Ya con el diagnóstico de Covid, mis padres comienzan a empeorar. Llamamos a un 0800 para hablar con el centro de asistencia que te brinda la Obra Social Apross, es un llamado a un call center donde hablás con una operadora en donde a través del teléfonos y ellos captan por el sonido de tu voz, el nivel de agitación que tenés.

Esa es la contención médica de seguimiento, de la obra social más grande de la provincia de Córdoba. Mi papá seguía empeorando, va a al hospital Gumersindo el día jueves, le hacen una placa cuando por la edad le deben hacer una TAC. Lo mandan a casa con un antibiótico e ibuprofeno para la fiebre, cosa que no estaba mal pero no era suficiente.

El día viernes, ya con 6 días desde el positivo, y empeorando, llamó a la ambulancia de Vittal quienes le dicen que es “normal” la fiebre, y que está bien en líneas generales, qué no era para llamar a la ambulancia. ¡Encima nos retaron por molestarlos!, dado que “es muy caro mover la unidad por esto”.

El sábado, ya agonizante mi padre y todos desesperados, saturando muy bajo mi hermano (sin Covid y con un riesgo de contagio tremendo), lo carga al auto y lo llevamos por nuestros propios medios al Hospital Ferreyra.

Allí, lo hicieron ingresar de urgencias, con una neumonía bilateral y lo conectaron a altas unidades de oxígeno.

Mi madre y hermana, fueron socorridos por personal de enfermería y médicos de un Geriátrico de esta ciudad, donde pudieron contener la situación ya que uno no sabe a quién llamar en estos casos.

Primera sugerencia, tengan un médico de cabecera. Ellos pudieron sacar adelante a mi mamá y mi hermana.

Ahora, esperamos todos los días el parte de mi papá que llega entre las 12 pm a 16 P.M. y que si se llega a demorar un rato no más, la ansiedad juega una mala pasada.

Esto no termina aquí, cuando lo ingresan a mi papá, mi marido y yo, estábamos transitando el día 5 de la enfermedad y empezamos a sentir los síntomas cada vez más crudos. Con falta de aire, intenso dolor en el cuerpo, pérdida de olfato-gusto y fiebre.

En el día 7, ya comenzó a saturar mal mi esposo. Sugerencia dos, tengan un oxímetro en casa, te mide el oxígeno en sangre y si te da debajo de los 90, corre a Córdoba porque acá está todo colapsado. Eso te puede salvar la vida, posta.

Esta vez no llamé a un servicio de emergencia, porque no sirven las atenciones que brindan. Llame un amigo que ya pasó por el Covid, y que con su poderosa camioneta RAM, llevó a mi esposo de urgencias al Sanatorio Allende. Lo ingresaron. Está internado con una neumonía que no se complicó porque nuestro médico de cabecera nos venía monitoreando. Ahora, espero el parte de él también.

En mi caso particular, saturo bien, pero el cansancio físico y mental, la agitación, la falta de aire, el grande estrés, el dolor de cabeza…solo lo puedo sobre llevar con el apoyo de la gente que nos quiere, la familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos solidarios de la ciudad, y por la contención espiritual de la congregación de la que somos parte.

Salimos adelante por los vínculos que generamos en la vida, gracias a la ayuda de todos ellos.

Después, nada ayuda. Nadie te entiende. Los servicios no entienden, hay que seguir pagando. La universidad Siglo 21, no entiende que no puedo ir a rendir los segundos parciales, porque no puedo estudiar pero ellos ya cobraron, el jardincito del nene hay que pagarlo igual aunque no vaya, al igual que el gimnasio, el club … y yo las entiendo porque atraviesan problemas económicos…. El dinero para la hipoteca tiene que seguir estando, las tarjetas siguen llegando puntual…

En fin no son 14 días, el cuerpo te duele, el estrés y la incertidumbre te consumen, seguimos esperando los partes y te tiemblan las piernas cuando llaman, y dándole Gracias a Dios porque mi papá y mi esposo consiguieron una cama. Última sugerencia, pidan ayuda, no dejen pasar el tiempo con que esto “ya va a pasar”.