A partir de este viernes 1 de marzo, los argentinos sentirán un nuevo impacto en sus bolsillos con el aumento de los precios de los combustibles líquidos. Este incremento, que oscilará entre el 3 y el 4 por ciento, se enmarca en las políticas de ajuste tributario y tarifario impulsadas por el gobierno de Javier Milei.

A pesar de que las petroleras no tienen la potestad de decidir sobre estos incrementos, se espera que trasladen directamente el ajuste al precio final de los carburantes, lo que impactará en un alza del 3% al 4% en el costo por litro de nafta y diésel.

De acuerdo con el análisis realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), este aumento representa un incremento del 50% en los impuestos sobre los combustibles. Si este aumento se traslada completamente al precio de la nafta, se estima que podría haber un aumento del 4,4% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un 3,8% en la provincia de Córdoba.

En términos monetarios, esto significa que el impuesto, que antes era de $65 por litro, aumentará a $98, con un incremento fijo de $33, según lo informado por la Agencia Noticias Argentinas.

Además, existe la posibilidad de que las petroleras decidan aplicar aumentos adicionales basados en costos, lo que podría tener un impacto aún mayor en el precio final para los consumidores.

Este aumento no será el único en el horizonte cercano. Según lo establecido en el Decreto 107/2024, a partir del primer día de abril se implementará un nuevo ajuste correspondiente al tercer trimestre del año 2023. Posteriormente, a partir del 1 de mayo, se aplicará el ajuste correspondiente al cuarto trimestre del mismo año.

Se espera que estos ajustes continúen hasta que se alcance la plena adecuación de los precios de los combustibles, aunque aún no se ha confirmado la fecha exacta en que se llevarán a cabo estos incrementos adicionales.

Fuente: Cba24n