“El Taller de la Villa” es un pequeño espacio dentro de la casa de Betty Márquez, una mujer de 77 años que vive junto a su hijo Sergio (46), en la calle Gambarte esquina Perito Moreno.

Hace 11 años su hogar se ha convertido en un mundo de colores, de fantasía, en el que brotan los papeles, las brillantinas, las telas y objetos reciclables. Florecen también sonrisas y abrazos acogedores de seres especiales. Sin importar la edad, ni la capacidad diferente que tenga cada uno de ellos, todos participan de tareas artesanas, incluso muchos de los trabajos son donados a niños u hospitales, como fue el caso de una producción de mantas para el Hospital de Niños, con “retazos” de tela que fueron reciclados.

Betty llegó a Villa Carlos Paz junto con su esposo Félix Vivas Lencina desde Córdoba, luego de haberse jubilado. Mientras los días pasaban, la incertidumbre reinaba en su mente y en su interior sabía que precisaba hacer algo para ayudar a los demás. Allí surgió la idea de armar un taller para jóvenes con capacidades especiales.

“Cuando me jubilé me hicieron una cena de despedida, y llega una compañera mía con su hijo Down. En 20 años nunca supe que su hijo era Down y me llama la atención porque mis compañeras me dicen que no diga nada porque su madre no quiere que se entere. Cuando él me vio entrar, se acercó, me abrazo y me dio un beso. Eso fue lo que a mí me marco”, explica Betty.

El taller inició con dos alumnos con el amor puro y toda la dedicación de Betty, su esposo y la colaboración de sus allegados con cualquier tipo de donación material, como también clases gratuitas de profesores de actuación y baile.

Félix, el esposo de Betty, falleció hace 8 años. Sus últimos 3 años estuvieron abocados de lleno a colaborar junto con su esposa a cambio de una sonrisa, de un “te quiero mucho” reiteradas veces, y de abrazos inquebrantables.

“Cuando estaba enfermo, él siempre me decía que no dejara de hacer lo que estaba haciendo, y eso me motivó a seguir con todo esto”, explica Betty y agrega: “Ellos son mis hijos, mis nietos y yo los amo. Hay gente ingrata y me he desilusionado muchas veces, pero la vida continua y yo sigo luchando por los que realmente están aquí, por los que me quieren, y por los que quiero yo”.

Los talleristas ponen todas sus ganas en los objetos que crean.

El taller se dicta los días martes, jueves y viernes en el horario de 14 a 17. A pesar de que el espacio es chico, Betty y los 11 jóvenes esperan con muchos abrazos de bienvenida y amor a todos aquellos que quieran participar de este taller.

Si bien el taller es gratuito y no hay cupo limitado, se necesita más espacio. Betty junto a su hijo están ampliando un sector de su casa y construyendo un baño para todos los alumnos.

Los alumnos de Betty, con las obras creadas con sus manos.

Lo que se necesita

– Materiales de construcción y piezas que contribuyen a un baño}

– Profesores de danza, actuación, cocina, arte…

– Cualquier tipo de material reciclable

– Alimentos para la merienda

Contacto:

3541 564597