La historia criminal argentina tiene un capítulo extenso ligado a los secuestros extorsivos. Como una terrible moda que se extendió por el país a finales de la década de 1990 y principios de 2000, las bandas integradas muchas veces por expolicías y en otras oportunidades por delincuentes con frondosos antecedentes, arreciaban en casi toda la geografía del país.

Pero si hubo un caso que generó conmoción en la Argentina fue el secuestro y asesinato de Axel Blumberg a partir del protagonismo que adquirió su padre Juan Carlos, en la demanda de justicia para terminar con el flagelo. Miles de personas se congregaron ese año en diferentes marchas convocadas por el ingeniero Blumberg.

El 17 de marzo de 2004, Axel estaba cerca de la casa de su novia en la localidad de Martínez (Buenos Aires) y fue secuestrado por un grupo comando. Sus captores no tardaron en llamar a su padre, Juan Carlos Blumberg, para pedirle un rescate de 50 mil pesos, que luego bajó 14.500. Cuando se iba a hacer el intercambio del dinero por el secuestrado, la Policía se tiroteó con la banda.

La banda planeaba liberar a Axel luego de ese tiroteo, pero el joven escapó de su lugar de cautiverio, en Moreno, fue recapturado y, como le vio las caras a sus captores, éstos decidieron ejecutarlo de un balazo en la cabeza en un descampado de La Reja, donde su cadáver apareció el 23 de marzo de ese año.

Foto : DyN

Quién es el Oso Peralta

La investigación del caso reveló que la banda que secuestró a Axel era liderada por un joven delincuente con un grueso prontuario. Su nombre: Martín Peralta, pero en el mundo del hampa todos lo  conocía como a “El Oso”.

En su huida, Peralta recaló en Córdoba. En aquella fuga, mientras todas las policías del país tenían su foto en las comisarías y lo buscaban por todas partes, el Oso pasó por Carlos Paz y se tomó una foto en un conocido bar de la avenida San Martín.

Los vecinos de La Falda recuerdan que por aquellos años se lo vio y conoció como dueño de un lavadero de autos en una de las arterias principales de la ciudad.

La estación de servicio Petrobras, hoy con otra marca de bandera, había abierto por esos años un coqueto bar temático dedicado al automovilismo. El bar Glorias era de paso obligado para los amantes de los fierros en la tierra del Rally Mundial. Y allí estuvo Peralta quien se tomó una fotografía al lado de una vitrina que contenía un motor de una Ferrari.

El bar Glorias era de paso obligado para los amantes de los fierros en la tierra del Rally Mundial. Y allí estuvo Peralta quien se tomó una fotografía al lado de una vitrina que contenía un motor de una Ferrari.

Sabían que Peralta cada vez que se le complicaban las cosas con un secuestro se refugiaba en La Falda. Allí comenzaron a rastrearlo.

El periodista Hernán Cappiello, escribió para La Nación cómo fue la detención de El Oso en la localidad del Valle de Punilla, a la que siempre llegaba cuando estaba en apuros.

Hubo llamados desde teléfonos públicos de La Falda a Buenos Aires y hubo un trabajo conjunto de la Policía de Córdoba, la Policía Federal y la SIDE.

Los policías ya lo habían ido a buscar a Córdoba en noviembre último (2003), pero Peralta se les escapó. Los investigadores se centraron en La Falda, en el Valle de Punilla donde ubicaron el lavadero de autos y la gomería de la avenida Buenos Aires al 200, (ruta nacional 38), que manejaba Peralta”, cuenta Cappiello en su artículo publicado el 8 de abril de 2004.

Y sigue: “El Oso” se había alojado en un hotel de dos estrellas, situado frente al lavadero, junto con otro hombre. Ambos se habían retirado a las 6.30 del día anterior. Además, Peralta ya había estado alojado en el invierno pasado en una casa humilde de la calle Curupaytí al 700, junto con una mujer y una bebé”.

En la previa a la detención, el Oso comió un asado muy regado con vinos y bebidas alcohólicas en el lavadero sin saber que ya estaba cercado por tres fuerzas policiales.

“A las 2, Peralta, Díaz y Bazán (sus cómplices) despidieron a sus amigos y decidieron terminar la noche de fiesta acompañados de chicas. En una camioneta Peugeot blanca, enfilaron hacía el cabaret El Emir”, detalla el artículo de La Nación.

“La banda tenía un lavadero de autos en la avenida España, el nombre que adquiere la ruta 38 en La Falda. El Oso Peralta estaba a cargo del lavadero y el que mató a Axel era canillita en la zona del Casino”, contó un reportero gráfico de La Falda.

“La banda tenía un lavadero de autos en la avenida España, el nombre que adquiere la ruta 38 en La Falda. El Oso Peralta estaba a cargo del lavadero y el que mató a Axel era canillita en la zona del Casino”, contó un reportero gráfico de La Falda.

Y relató: “La noche de la detención, se fueron al cabaret El Emir, casi en la entrada de Villa Giardino. Y les cayó con todo la Policía”.

Los vecinos de La Falda señalan que una de las actividades que tenía el Oso en La Falda era vender mercadería a minoristas aparentemente proveniente del mundo de los piratas del asfalto.

No hubo resistencia y esa noche los policías detuvieron a tres de los principales implicados en el secuestro y asesinato de Axel Blumberg.

Foto: La Nación.

El juicio

En el juicio, realizado en 2006, fueron juzgados 16 imputados, de los cuales cuatro terminaron absueltos -entre ellos dos subcomisarios de la Policí­a Federal- y 12 fueron condenados por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de San Martí­n.

Pero de esos 12, sólo ocho participaron del caso Blumberg y los otros cuatro fueron condenados por otros delitos o por los otros tres secuestros que se ventilaron en el debate: los de Ana María Nordmann, Guillermo Ortíz de Rosas y Adrián Mondino.

Peralta (32) recibió la reclusión perpetua por el caso Blumberg -la pena más grave del Código Penal-, la que fue confirmada en 2009 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero también cumple con otra condena a 22 años de prisión que le impusieron en otro juicio por otros cuatro secuestros que cometidos en 2003.

Últimas novedades

Lo último que se sabe de El Oso Peralta es que está cumpliendo su condena en la Unidad 7 del Servicio Penitenciario Federal (SPF) en Resistencia (Chaco).

El año pasado, en el inicio de la pandemia de coronavirus, uno de sus cómplices, José Jerónimo “El Negro” Díaz, autor material del asesinato de Axel, pidió el beneficio de la prisión domiciliaria por “temor a contagiarse en la cárcel”. También cumple condena de cadena perpetua y el pedido le fue denegado.

“Este tipo fue el que ejecutó de un balazo en la cabeza a mi hijo. No puede salir, tiene que cumplir toda la pena en prisión. Es un caradura”, afirmó Juan Carlos Blumberg sobre el pedido del asesino de su hijo.

El abogado de Peralta no solicitó ninguna prerrogativa: sólo que le entreguen informes médicos periódicos para conocer el estado de salud del condenado.

Referencias: La Nación, Telam.