Se cumplen 19 años de una de las peores tragedias vividas en la Argentina. El 30 de diciembre de 2004, en la tercera noche de un ciclo de recitales de la banda Callejeros, una tragedia se llevó la vida de 194 personas.

Jorge Brugnoni nació en Carlos Paz y se fue a vivir a Buenos Aires cuando era muy pequeño. Fue seguridad de las bandas de rock más conocidas de la Argentina hasta que llegó a conocer a Callejeros, y se quedó a trabajar con ellos por afinidad y amistad con los miembros de la banda y del equipo.

El Polaco decidió llevar a su mujer y a uno de sus hijos más pequeños a ver a Callejeros el día anterior de la tragedia. Supuso que la última noche del ciclo de tres recitales que tenía previsto dar la banda estaría colmada de gente pero nunca presagió lo que sucedería.

Luego de lo que pasó esa noche, y tras sufrir un golpe en la cabeza mientras trasladaba a una persona desde el interior del local, el Polaco quedó sordo de un oído.

Hace unos meses, tuvo un infarto auditivo y quedó totalmente sordo por lo que comenzó con los trámites para que le otorguen un certificado de discapacidad.

Este sábado, el día más triste del año para el Polaco, nos contó que hace unos días estuvo en el lugar de la tragedia y tomó algunas fotografías que publicamos más abajo.

El reportaje

Hace dos años le hicimos un extenso reportaje que reproducimos a manera de homenaje a las víctimas y a este héroe que vive entre nosotros.

En un extenso diálogo con Carlos Paz Vivo!, el Polaco contó cómo fueron esos minutos fatales y las horas terribles que vinieron después. Volvió a vivir a Carlos Paz al año siguiente de la tragedia de la que todavía tiene secuelas en el cuerpo y en el corazón.

Nacido en Carlos Paz, criado en el rock porteño

“Soy nacido en Carlos Paz pero criado en Buenos Aires”, dice y cuenta que volvió a vivir a la ciudad en 2006.

“Era seguridad de la banda Callejeros, no pertenecía al boliche”, dice y cuenta: “Viajábamos juntos, los recitales, la amistad, los asados. Hacía seguridad de todas las bandas de rock que te imaginen. Me hice conocido en el ambiente y me gustaba el rock rolinga. Me gustaba Jóvenes Pordioseros y también Callejeros. Y Lolo, el jefe de seguridad de la banda, me invitó a trabajar con ellos”.

“Callejeros llevaba un ambiente de rock de pibes de hinchadas y era complicado combatir las bengalas y la pirotecnia. La primera noche hubo mucha, la segunda menos porque hicimos mucho cacheos”, relata.

Y agrega: “Esa noche empezaron los preparativos, se dio puerta a las 20 horas. Armamos un cacheo especial porque no queríamos que nos pasara lo de las noches anteriores en que no se veía el escenario ni nada”.

El Polaco cuenta que a pesar del control, la pirotecnia entró lo mismo.

El candado en la puerta

“La persona que limpiaba el boliche, Villarreal, que era el jefe de seguridad del Boliche y mano derecha de Chabán, le piden que cerrara el portón porque podía explotar. Esta persona va hasta el portón, cierra el candado y tira la llave en una panchera. Nosotros no sabíamos eso. Y ese fue el primer error”, dice el Polaco Brungnoni.

Y agrega que no se trató de un incendio convencional. “No fue un incendio de fuego si no de humo porque pasó como cuando quemás plástico. En un momento determinado el techo de Cromañón era todo rayos. Fue muy raro todo. El ambiente era bárbaro. Alguien llevó una candela que son 25 tiros de colores. Uno de los tiros pasó la media sombra, no sabíamos que arriba había Telgopor que es cianuro en vapor”.

Y relata: “Yo estaba en el acceso y me meto en el boliche para ver qué pasaba. Veo la gente que sale despavorida y cuando miro el techo veo lo que te digo”.

Entre los errores que se vieron después se determinó que las puertas vaivén provocaron que mucha gente quedara atrapada detrás de los que podían salir.

El peor momento

“Empieza a caer la gente de arriba y nos dimos cuenta de la gravedad”. dice y apunta que la primera dotación de Bomberos que llegó no tenía grupo electrógeno y se había cortado la luz.

“Me puse la remera de Callejeros en la boca y me metí a sacar gente”. asegura y agrega que un bombero lo dijo que no entrara más porque se iba a morir.

Luego contó su momento más doloroso: “Tuve que buscar al hijo de mi amigo, también seguridad, que había quedado paralizado y me pidió que lo hiciera”.

“Primero se escuchaban muchos gritos, después cada vez menos y después nada”, afirmó.

Cianuro en la sangre

“Estuve casi tres años con cianuro en la sangre, problemas en la vista y una de las secuelas fue un golpe en la cabeza”, cuenta el Polaco, que quedó sordo del oído izquierdo.

Foto: Telam.

“Escupía bolitas. Cuando termina todo, y vi los cuerpos en las bolsas, una imagen muy dura. Estaba exhausto, con la gorra puesta que no se me cayó nunca, escupía unos copitos de algodón negro”, relata. “Me desvanecí y aparecí en una camilla de un hospital que parecía de guerra”.

Todos los 31 después de esa fecha durante muchos años no quise festejar porque se hizo muy complicado”, dice, emocionado. “Después uno aprende a llevarlo, tenés chicos chicos y pensás en por qué no festejar un comienzo de año. Empecé a festejarlo para rendir tributo a la vida porque para mí Dios me dio una oportunidad nueva que tengo que honrar”, asegura.

Respetar el dolor

“Respeto el dolor de los padres pero no respeto el circo”, asevera el Polaco. “No se puede politizar ni comercializar el tema”, agrega.

“Lo fui a ver a Lorenzo, a Diego Argañaraz, manager de la banda, que sacaba plata de su bolsillo para darnos porque nos quedamos sin trabajo”, relata y agrega: “Los fui a ver presos. Vi la canción Creo, 9 de Julio, de Pato, escrita en un bosquejo cuando la estaba escribiendo”.

“No me entra en la cabeza que después de semejante pérdida, porque perdieron hermanos, hijos, novias, estuvieran presos”, apunta.