Sucedió un 14 de junio de 1968 y hoy lo recuerda el espacio de Encuentros por la Villa.

El epicentro de esta historia fue el Motel La Cuesta, ubicado sobre avenida San Martín. El lugar aún se conserva como estaba entonces .

Según una recopilación de Eldor Bertorello, María Elodia Pretzel, de 19 años, despidió a dos turistas del hotel y al regresar a la cocina, notó una luz incandescente que le llamó la atención.

La joven relató que cuando regresó al comedor vio un hombre alto y rubio que movía una esfera que sostenía en su mano izquierda.

Ella sintió que se le distorsionaba el cuerpo, algo la llevaba a que se estirara su figura.

No pudo gritar y señaló que se desplazó sin saber cómo hasta donde estaba el mostrador.
Cayó hacia atrás y luego hacia el costado, como en cámara lenta, y esta persona que apareció o este ser levantó su mano derecha.

Luego avanzó hacia ella, giró sobre sí y se dirigió hacia la puerta abierta, agachando la cabeza para salir. La puerta se cerró sola, sin que nadie la tocara.

Aturdida, se dirigió a la cocina y de allí al lavadero, dónde fue encontrada por su padre, quien con vecinos, avistaron luces en la ruta y en un terreno baldío cercano al hotel.

Esa noche fue examinada por el médico Hugo Vaggione y su esposa, quien era psicóloga.
La noticia quedó como uno de los hechos más misteriosos ocurridos en la ciudad en aquellos años en los que en distintos puntos del país y del mundo se comenzaba a hablar de visitas de extraterrestres.