Los efectos del coronavirus sobre el turismo

Por Fernando Agüero . Marzo venía bien, muy bien. Empujado por una temporada de verano cuyo balance final la puso por encima de las anteriores, el tercer mes de 2020 arrojaba números de ocupación y de consumo que daban ánimo a los operadores turísticos de la región

En Carlos Paz, por caso, dos semanas antes de la declaración de la pandemia de coronavirus en el mundo, miles de personas ganaron las calles del centro para ser parte del primer Festival Nacional de la Picada Serrana. En el almanaque ya estaba marcado como otro posible éxito el fin de semana extra-largo del 24 de marzo.

En la tele y en los portales de noticias de todo el mundo, las novedades sobre el avance del coronavirus nos parecían lejanas y totalmente ajenas a ciudades con las características de Carlos Paz, en donde el espíritu disipado de las vacaciones de verano nos pone en una cajita de cristal.

Crisis como la de 2001, que provocó desorden social, muertes y repartió imágenes terribles de Argentina a todo el mundo; se vivieron de otro modo en las sierras, con la pasividad de quien las ve por TV y a distancia,   aunque se sintieran con fuerza los efectos del abismo económico en el que había caído el país.

Esta vez es distinto. El avance del coronavirus y las medidas dispuestas por desde el Gobierno nacional hacia abajo son el presagio de calles vacías, negocios sin entrada de divisas y mientras tanto vemos cómo la casita de naipes que logramos levantar se cae ante nuestros ojos sin que nada podamos hacer.

La suspensión del Rally Mundial es para Carlos Paz un tremendo problema económico a futuro.  Los hoteles de mayor categorización ya habían colgado el cartel de “no hay más lugar” hace rato porque los equipos de competición reservan con un año de anticipación y colman sus plazas una semana antes de la fecha.

Los uruguayos que vienen para la Semana de Turismo (nuestra Semana Santa) ya comenzaron a bajar sus reservas y hasta los tours para promocionar la temporada estudiantil se están cayendo.

Parece una pesadilla después de una noche feliz y no hay mucho para hacer, o sí: atenerse a las medidas preventivas para que el virus no se propague entre nosotros y así sobrellevar esta crisis sanitaria lo mejor que se pueda.