Alejandro Nicolás Becerra, de 31 años, es un joven que vivió y estudió durante su adolescencia y juventud en Villa Carlos Paz y Bialet Massé. Actualmente, reside en Berlín, Alemania, desde mayo de 2019. Ingeniero industrial, egresado de la UTN, Córdoba, decidió probar suerte en Europa y asegura que hoy ya proyecta junto a su pareja una familia en el exterior. La estabilidad económica y la calidad de vida logradas en Alemania, son factores que le ganan al clima, a las exigencias laborales del país y a todo lo que se extraña de Córdoba, fundamentalmente, la familia.

El joven que nació en Buenos Aires, pero vivió en Punilla gran parte de su vida y trabajó en Renault Argentina, luego de viajar a otros lugares como Brasil, eligió Alemania como destino. Una vez allí, consiguió un puesto laboral en un Banco Digital de Berlín.

Los pro y los contra

“Por ahora, pienso quedarme en Alemania”, aseguró Alejandro en conversación con Carlos Paz Vivo!, quien brindó los argumentos por los cuales ese país le resulta el mejor para vivir. “La calidad de vida en cuanto a la estabilidad económica que ofrece a sus habitantes y cómo funcionan sus servicios, entre otras cuestiones, es lo que más me gusta de esta nación”.

Y aseguró  que lo que menos le gusta es el clima, con días muy fríos y oscuros. Otro punto que en lo personal le resulta desventajoso es el idioma. “El alemán si no tenés una base es difícil. Yo lo estudié pero todavía me cuesta, y me comunico principalmente en inglés, al menos en mi trabajo”, comentó Alejandro.

La exigencia de los alemanes

En cuanto a la famosa “exigencia” de los alemanes, el profesional contó que son muy detallistas y exigentes a la hora de contratar a gente. “Los procesos de selección son largos y tediosos. Tenés que ver y convencer a mucha gente antes  de entrar a un lugar, y por supuesto, es necesario tener todos los títulos para la tarea a realizar, pero una vez que entrás, -acá existe todavía la estabilidad – es para toda la vida. Si sos dedicado, normalmente no tenés que preocuparte más por buscar trabajo una vez que lo conseguís.

Su paso por Carlos Paz

A sus 31 años, Becerra vivió, estudió e hizo su experiencia laboral en distintas partes del mundo, incluso en nuestra ciudad. “Llegamos a fines del 2002 a Carlos Paz, desde Buenos Aires. Estudié en el Instituto Cristo Obrero, desde el 2003, me recibí en el 2007. De allí comencé en la UTN, en ese momento hubo una extensión aúlica en Carlos Paz que estuvo por tres años. Aproveché eso. En el 2011 junto a mi familia nos fuimos a vivir a Bialet Massé y en ese mismo año comencé la Facultad en Córdoba, viví  allí y trabajé para  Renault en el 2014”.

Pero además, Alejandro vivió y trabajó en Brasil, luego regresó a Córdoba capital y en 2019 decidió probar suerte en Europa. Se mudó con su pareja de aquel momento, a Berlín. “Estuvimos antes dos semanas en Inglaterra, pero desde mayo de ese año, vinimos a Alemania. Ahora  estoy aquí y con mi nueva pareja proyectamos quedarnos, no creo que vuelva. Es probable que ya arme mi familia en Berlín”.

Consultado por la educación, comentó que hay educación pública y que es buena. “Hay posibilidades para todos, y eso es positivo, incluso para mis hijos, si llegamos a tener”, respondió.

Cosmopolitismo y cultura

Una de las características que Alejandro destaca de Berlín es su cosmopolitismo y el centro cultural que ofrece para conocer y disfrutar. “Hay personas de todas partes del mundo que confluyen en la ciudad, como así también diversas culturas. Hay mucha riqueza en ese sentido”, expresó.

Respecto a los atractivos culturales, destacó: “El lugar que más me gusta y recomiendo es La Isla de los Museos, sobre el río Spree, el principal de la ciudad. La isla cuenta con cinco museos antiguos, el Altes Museum, el Neues Museum, la Alte Nationalgalerie, el Bode Museum y el Pergamon Museum. Después de la Segunda Guerra Mundial algunos fueron dañados, pero hubo un proceso de reconstrucción y pueden visitarse. El lugar es maravilloso, fue declarado Patrimonio de la Unesco”, señaló el joven.

Y continuó: “Cerca de esto está la Catedral de Berlín. No comprende la Isla de los Museos pero está prácticamente al lado, lo que configura un paisaje hermoso. Este camino, cruzando la Isla de los Museos, culmina en la Puerta de Brandeburgo, que para mí también es un monumento fantástico. Detrás de la Puerta, está el pulmón más grande de Berlín que es el Tiergarten. Toda esa combinación que son alrededor 20 cuadras, es maravillosa, mi lugar preferido aquí.

Asimismo, destacó que “La Isla de los Museos, es la aglomeración más grande de Museos de Europa. Miles y miles de turistas recorren esa zona que fue el centro histórico de Berlín en un pasado y hoy es el punto máximo de cultura y  el arte de la ciudad”.

Lo que más pesa

Sobre el clima y su efectos en el ánimo de la gente, señaló: “Es lo que menos me gusta. El invierno es muy largo y de frío muy intenso. El verano no es tan verano… Las temperaturas van entre los 13 y 25 grados aproximadamente. Si bien la ciudad está preparada para el invierno, -hay muchas ofertas para distraerse, quizás sea uno de los mejores lugares para pasar esa estación tan cruda-, cuesta bastante porque los días son muy oscuros”, insistió Alejandro y detalló: “En diciembre y enero, a las 15 o 16 hs se hace de noche y hay días que no amanece porque no rompe el sol por las nubes y la niebla.  Cuando el sol está, es otra sensación, y eso es lo que más se extraña de Córdoba, además de la familia, por supuesto”.

De orgullos y pesares

Según Alejandro, un gran porcentaje de los berlineses, cuando hablan de Ángela Merkel, primera mujer en gobernar Alemania desde tiempos remotos, las expresiones por lo general son de orgullo y mucho respeto: “Decís su nombre y contestan mutter. Es decir, madre, y todo lo que eso representa en el buen sentido para una persona. Orientación, guía, compromiso, alguien muy especial para todos. Es muy fuerte lo que genera su imagen e impronta”.

La integración de Berlín, tras la caída del muro en noviembre de 1989, que había dividido en dos a la población tras la Segunda Guerra Mundial, fue, según narró Alejandro, uno de los acontecimientos más esperados de la población durante años y eso quedó profundamente registrado en el corazón y en la mente de las personas. Esto, debido a que de un día para el otro, durante largos años, no pudieron ver más a sus familiares, amigos, novios, etc. Algunos jamás pudieron regresar a sus propias familias”.

Luego manifestó: “Fue muy traumático, un gran pesar del pueblo que tras la caída de ese muro valora mucho el encuentro de las personas, la diversidad, y por sobre todas las cosas, las libertades cotidianas que una vez se perdieron y ahora son esenciales para la vida. La libertad es clave para el pueblo berlinés, dado la historia transcurrida”, concluyó Alejandro.