Dra Eugenia Bazán Quiroga, sexóloga clínica, especialista en Ginecología y Obstetricia y docente universitaria de Córdoba,

El cyberflashing, así como el sexting, son fenómenos sociales actuales que tienen que ver con el comportamiento de las personas y su vinculación con las tecnologías, los smartphones y las redes sociales.

Tanto adolescentes, como jóvenes y adultos, llevan a cabo estas prácticas sexuales, muchas veces sin tener en cuenta las consecuencias que pueden traer aparejadas, como la vulneración de su propia intimidad, mundo privado, y el consiguiente bullying y estigmatización social.

La Dra Eugenia Bazán Quiroga, sexóloga clínica, especialista en Ginecología y Obstetricia y docente universitaria de Córdoba, explicó en conversación con el programa radial Mentes inquietas: “El cyberflashing es un comportamiento que es muy investigado en España por ejemplo, pero que sucede por supuesto también en Argentina y en otras partes del mundo. A diferente del sexting, que normalmente es consentido, este se experimenta como una imposición para las personas”.

Y detalló: “Se lo llama también como pack, así lo llaman los adolescentes. Dicen: -“Pasame tu pack”. Esto es, te mando una foto de mis genitales, y se supone que si yo te mando, vos también me tenés que mandar. Así es la práctica. Es muy violenta porque rompe también con la barrera de lo que es privado y público”.

La especialista manifestó que esta práctica “entiende a la sexualidad como algo puramente genital, y la sexualidad humana va mucho más allá”. Luego añadió: “Esas fotos o videos se viralizan irresponsablemente de uno a otro celular y lamentablemente caen en manos de quienes se aprovechan, como las redes de pedofilia, de los abusadores o de quienes se dedican a chantajear con esas cuestiones con pedidos como: -Si no me enviás más, a tus fotos las va a ver toda tu familia, en el trabajo, etc”.

¿Cómo evitar la práctica en adolescentes?

En relación a cómo evitar estas prácticas que pueden resultar muy nocivas para adolescentes o jóvenes,  Bazán Quiroga, consideró: “Creo que los adultos en esto tenemos que dar el ejemplo. Estamos todo el día con el celular, viendo videos, enviándolos, etc. Aunque no sea contenido sexual, los chicos crecen viendo que nosotros realizamos estas prácticas en forma compulsiva”.

Por otro lado, destacó que los adultos, muchas veces, “no tienen idea de las tecnologías o redes sociales que usan sus hijos. Algunos creen que usan solo Facebook y es lo que menos usan. Hay otras redes sociales que utilizan, otras tantas aplicaciones para los celulares, juegos, etc, que son peligrosos para los chicos.”

En tal sentido, la sexóloga aconsejó: “Si tengo un hijo adolescente que usa el celular y redes sociales, es necesario saber cuáles son sus prácticas, qué hace. Es importante involucrarse y ver cuál es la red social que usa, quiénes son sus amigos, de qué manera la utiliza. Es decir, dejar a tu hijo o hija con un celular en una habitación, es tan peligroso como dejarlo en un boliche a las 4 de la mañana”.

El sexting y sus implicancias

Sobre el sexting, la especialista señaló:  “Es una práctica que se venía haciendo ya antes de la pandemia pero ahora con ésta, comenzó a tener una importancia mayor. Implica el intercambio de mensajes de texto, fotos y videos entre personas a través del celular, por WhatsApp por ejemplo, de una manera sexual y erótica. Encuentros eróticos a través del celular, con consentimiento, por lo general”.

Cabe recordar que tras el inicio del confinamiento obligatorio en Argentina en todo el país, el Ministerio de Salud de la Nación, había recomendado estas prácticas, para quedarse en casa y no someterse al contagio por Covid-19.

No obstante, la sexóloga reflexionó sobre la posible utilización de ese material erótico y su viralización, que también daña a las personas que se ven expuestas, dado que alguien traiciona la confianza de un otro y expone su intimidad al mundo. “Como todo, la tecnología tiene sus pro y sus contra. Cuando se rompe el consentimiento entre dos o más personas que se conocen por ejemplo en algún lado y deciden hacer sexting, y una de ellas le reenvía tus fotos o videos a un grupo, es allí cuando comienzan los problemas”.

Y destacó: “En el sexting entonces el mayor peligro es el no consentimiento, el violar la intimidad del otro y lo que eso implica. Esto también puede ser tomado para el abuso, el chantaje, la extorsión a partir del material sexual”.

Asimismo, Bazán Quiroga habló de la responsabilidad de las personas que reciben ese material y la necesidad de cambiar este comportamiento de compartir y viralizar fotos de estas características que de algún modo u otro, se sabe atenta contra la integridad de la o las personas en cuestión. Ahí está la responsabilidad individual y social de cortar estas cadenas”.

Uso de redes sociales : prestar atención a los indicios

Las redes sociales en general, deberían ser usadas por personas a partir de los 16 años. Legalmente, pueden ser usadas a partir de esa edad. Muchos padres, madres o adultos responsables, dan permiso a niños o niñas para manejar redes y no están preparados para hacer frente a todo lo que estas conllevan”, afirmó Quiroga Bazán.

Respecto a esto, manifestó: “Con estos permisos no estamos dando el ejemplo. Además, tenemos que poder detectar situaciones antes de tiempo. Para que un chico envíe una foto desnudo a alguien a través de una red social, antes tienen que haber ocurrido otras cosas. Existen indicios que dan cuenta de un posible problema a futuro. Si veo que mi hija adolescente se saca una foto en bikini a los 10 años para compartirla, ahí es necesario prestar atención. Ver para quién es la foto, indagar y tratar de no fomentar esa hipersexualización en los chicos, que es muy común. Los adultos a veces no nos damos cuenta de eso”.

Finalmente, la educadora sexual, aseguró: “El ejemplo adulto es esencial como así también la orientación, para evitar estas prácticas en los chicos y chicas, y advertir sobre las consecuencias negativas que pueden generar en sus propias vidas”.