La muerte de dos niñas argentinas de 11 años durante un ataque de tropas regulares de Paraguay a un campamento de la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), puso en tela de juicio la política de seguridad de ese país y derivó en una fuerte acusación del comando militar contra Argentina, que respondió con una protesta formal.

En un comunicado, la Cancillería Argentina identificó a las dos niñas fallecidas como ciudadanas nacidas el 29 de octubre de 2008 y el 5 de febrero de 2009, ambas de 11 de años.

“Se mantienen contactos con las autoridades paraguayas a efectos de esclarecer las circunstancias en que se produjeron los decesos (…) se considera incorrecto hacer apreciaciones prematuras”, explicó el Palacio de San Martín.

Además, alertó: “No es posible aceptar que no hayan advertido, quienes fueron testigos de los hechos acontecidos, la escasa edad de las niñas”.

Genoveva Oviedo Brítez, hermana de Alcides Oviedo, líder del EPP, había asegurado que las dos nenas habían nacido en Argentina y son hijas de Magna Meza y Liliana Villalba, respectivamente, y ambas de Osvaldo Villalba, todos ellos líderes del grupo insurgente.

El general Héctor Grau, asesor del Comando en Jefe paraguayo, aseguró que los documentos argentinos que se publicaron en la prensa paraguaya y que fueron verificados por la Cancillería argentina son falsos y aseguró que las menores fueron registradas de forma irregular en el territorio vecino.

El general además definió a la Argentina como una “guardería” del EPP en su esquema de reclutamiento de menores.

La Cancillería argentina “rechazó de la manera más enérgica las expresiones injustificadas del General Héctor Grau”, a la vez que negó ser la “guardería de soldados del Ejército del Pueblo Paraguayo, así como toda otra manifestación que busque encubrir responsabilidades”.