Un grupo de pequeños y pequeñas carlospacences disfrutaron por segunda vez de una salida guiada, cuidada y educativa por los senderos de nuestra montaña. La propuesta del Club Andino que tiene su sede en barrio Santa Rita, tiene como objetivo que se conozca y aprenda para respetar nuestro entorno.
El pasado sábado, a las 9.30, en la plaza de Las Magnolias y Los Pensamientos, quince niños y niñas de la escuela de escalada local (más algunos adultos responsables) se reunieron para emprender el ascenso por la quebrada de Villa Independencia para luego caminar por el filo de los cerros por un buen rato.
Primero “El Pato” y el Lago San Roque, desde lejos, para el asombro de los chicos y chicas. Después Malagueño y La Lagunilla, más allá Córdoba Capital; La inmensidad y atracción de Los Gigantes hacía el otro lado. Con esa vista almorzó el grupo comandado por tres guías de trekking y una profesora de educación física que, en medio del ascenso, integró a pequeños y grandes en juegos de orientación.
Después de la comida y el aprendizaje sobre rocas, minerales, flora y fauna del lugar, en el camino hacia el Cerro San Antonio aparecieron los ‘cadáveres’ que dejaron los incendios del año pasado. Único punto de tristeza para quienes toman dimensión de lo sucedido.
Tras la foto grupal en lo más alto, la veintena de personas emprendió el descenso que duró hasta las 17, momento en que las familias recibieron en el punto de encuentro a los ‘dueños de la travesía’.
La interacción entre participantes y el cuidado hacia y por la montaña fue total. Hermosa y necesaria actividad para comprender qué es lo que nos rodea más allá de las toneladas de cemento, las que se inyectan y crecen día a día más en Villa Carlos Paz.
Magui Nieto, Pablo Cavallaro, Martín Romero Garayzábal, sólo por nombrar a algunos de los deportistas que en un pasado no tan lejano coincidieron en la necesidad de, a través del deporte, educar en la montaña y en el lago a las futuras generaciones para mejorar y cuidarnos como comunidad. Primera prueba aprobada para el Club Andino, entonces.
