Conmebol definió este martes que la final de Copa Libertadores entre River y Boca no se jugará en Argentina. En caso de que el Tribunal de Disciplina resuelva que el partido debe disputarse, se jugará el 8 o 9 de diciembre en sede y horario por definir.
“El fútbol no es lo que se vivió el sábado pasado. No sé en qué punto la violencia se confunde con la pasión. Ganar o perder no es de vida o muerte. Sin rival no hay fútbol. No es posible que no podamos vivir en paz y en armonía”, dijo el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, en conferencia de prensa.
Y agregó: “No hay lugar para los violentos. No se les puede tolerar. No se le puede permitir a nadie que los estadios de fútbol sean lugares de violencia”, publicó Mundo D.
Domínguez, el mandamás de la Conmebol, se reunió en la sede del organismo con Angelici, D’Onofrio, “Chiqui” Tapía y también participó Robert Harrison, el presidente de la Comisión de Competiciones de Clubes del ente rector del fútbol sudamericano.
Se postergó dos veces
Lo cierto es que en la reunión comenzaron a avanzar luego del bochorno del fin de semana en el que la final que debió jugarse en cancha de River se suspendió dos veces.
La primera postergación sucedió el sábado cuando jugadores de Boca resultaron heridos por un ataque al micro que los transportaba.
El partido decisivo fue nuevamente diferido 24 horas después del ataque, luego de comprobarse que los futbolistas “Xeneizes” todavía no estaban en igualdad de condiciones para competir.
Se sabrá esta semana
En ese contexto, será clave lo que fallará la Unidad Disciplinaria el jueves o viernes en relación al expediente “disciplinario de oficio” contra River Plate por los incidentes ocurridos el sábado en el estadio Monumental.