Cada vez que llega Semana Santa, uno de los temas comunes en la gente gira en torno al precio del pescado. Y esto va más allá de aquellos religiosos, ya que muchas personas que no son practicantes mantienen la costumbre justamente por eso: la tradición misma de comer pescado.

Ahora, ¿qué tan posible es mantenerse fiel a ello cuando el bolsillo está de por medio?

Desde hace unos años, hasta a los mismos curas se les consultaba sobre si se podía o no reemplazar el pescado por la carne vacuna. Pero este año -y volviendo a los precios- fueron los miembros de la Iglesia quienes, recociendo la realidad económica, se animaron a poner una cuota de humor y bromearon con que “comer carne se podía, porque comer carne hoy en día era un milagro”.

Por eso, Carlos Paz Vivo! salió a la búsqueda de pescaderías para saber cómo se comporta la gente ante este dilema: tradición vs bolsillo.

Eduardo, propietario de Mar del Sur, contó: “Las ventas vienen bien. El cálculo fue el que esperamos, así que estamos a pleno esperando a la gente”.

Y señaló entre bromas: “Por suerte mantienen la tradición: se ve que somos todos pecadores, por eso la respetamos”.

De esta manera, dejó entrever que aunque signifique un esfuerzo, ya que sostuvo que “el precio del pescado ha aumentado desde noviembre y diciembre de a poquito”, hay muchos que se mantienen fieles a las tradiciones de la Semana Santa, por lo menos alimentariamente hablando.

Si bien expresó que “la gente compra salmón, abadejo, trucha, rebozados, tubos de calamar, rabas, mariscos y sushi, lo que más se pide es merluza”.

Finalmente, hizo un análisis desde el punto de vista comercial, ya que sostuvo que “es una fecha muy especial para nosotros, porque trabajamos un año entero para recibir la semana santa y poder hacer una diferencia”.