Numerosos científicos del mundo, aseguran que las estrategias que hasta el momento se usaron para detener el avance del Covid-19 en el mundo, son muy limitadas. Sería necesario según ellos, un cambio de perspectiva.
Ya se sabe a nivel global que con correr de los meses, las medidas para evitar la propagación del coronavirus se fueron endureciendo o flexibilizando en distintas partes del mundo, según el aumento o disminución de los casos.
Mientras que muchos países de Europa están volviendo a restringir actividades sociales y ordenando cuarentenas después de registrar un número récord de casos, Nueva Zelanda, por ejemplo, pasó a su nivel de alerta más bajo. Y en el interior de Argentina, sobre todo en nuestra provincia, Córdoba, y en Villa Carlos Paz en particular, los casos van en aumento, colapsando el sistema de salud.
Cambio de abordaje
El cambio sustancial en el abordaje de esta enfermedad mundial, sería, según Richard Horton, editor jefe de la prestigiosa revista científica The Lancet, considerar al Covid-19 no como una pandemia, sino como una sindemia.
No se trata de un simple cambio de terminología. Entender la crisis de salud que estamos atravesando desde un marco conceptual más amplio abre el camino para buscar soluciones más adecuadas, indicó el especialista.
“Todas nuestras intervenciones se han centrado en cortar las vías de transmisión viral, para controlar la propagación del patógeno”, escribió recientemente Horton, en una editorial.
Por un lado, dijo Horton, “está el SARS-CoV-2 (el virus que provoca el covid-19) y por otro, una serie de enfermedades no transmisibles. Y estos dos elementos interactúan en un contexto social y ambiental caracterizado por una profunda inequidad social”.
Estas condiciones, argumentó, exacerban el impacto de estas enfermedades y por ello debemos considerar al covid-19 no como una pandemia, sino como una sindemia.
Qué es una sindemia
El término sindemia es un neologismo que combina sinergia y pandemia, acuñado por el antropólogo médico estadounidense Merrill Singer en los años 90’, para explicar una situación en la que “dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades”.
Singer explicó a BBC Mundo: “El impacto de esta interacción está además facilitado por condiciones sociales y ambientales que juntan de alguna manera a estas dos enfermedades o hacen que la población sea más vulnerable a su impacto”.
La interacción con el aspecto social es lo que hace que no se trate sencillamente de una comorbilidad.
El concepto sindemia surgió cuando el científico y sus colegas investigaban el uso de drogas en comunidades de bajos ingresos en EE.UU., hace más de dos décadas.
Descubrieron que muchos de quienes se inyectaban drogas sufrían de una cantidad de otras enfermedades (tuberculosis, enfermedades de transmisión sexual, entre otras), y los investigadores se empezaron a preguntar cómo éstas coexistían en el cuerpo, y concluyeron que, en algunos casos, la combinación amplificaba el daño.
Qué pasa con el coronavirus
En el caso del Covid-19, “vemos cómo interactúa con una variedad de condiciones preexistentes (diabetes, cáncer, problemas cardíacos y muchos otros factores), y vemos un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas”, explicó Singer.
Y enfermedades como la diabetes o la obesidad —que son factores de riesgo para el Covid-19— son más comunes en individuos de bajos recursos, añadió Annie Kenny, investigadora de la Universidad Laval, en Canadá, y quien trabaja en el Ártico con poblaciones afectadas por la inseguridad alimentaria, el cambio climático y condiciones de vivienda que dificultan cumplir con las recomendaciones sanitarias como lavarse las manos o mantener la distancia social.
Con estos datos, uno podría pensar que la mayoría de las veces existe un impacto mayor de casi todas las enfermedades en los grupos con menos acceso a salud, alimentación, educación e higiene y que se potencian con una condición médica de base. No obstante, en cuanto a la interacción biológica, no es necesariamente siempre así, destacó el científico.
Y ejemplificó: “Hay evidencia creciente de que la influenza y el resfriado común son contrasindémicos. Es decir: la situación no empeora. Si una persona está infectada con los dos (virus), una (de las enfermedades) no se desarrolla”.
Luego agregó: “En cuanto al aspecto social, el elemento clave en el caso de una sindemia es que añade la interacción de las enfermedades”.
Otra estrategia necesaria
Tiff-Annie Kenny, la investigadora de Canadá, aseguró que mirar con el lente de la sindemia, nos permite pasar de la aproximación de la epidemiología clásica sobre el riesgo de transmisión, a una visión de la persona en su contexto social.
Es una postura compartida por muchos científicos que creen que para frenar el avance y el impacto del coronavirus es crucial poner atención a las condiciones sociales que hacen que ciertos grupos sean más vulnerables a la enfermedad.
Al respecto, Singer aseveró: “Si realmente queremos acabar con esta pandemia cuyos efectos han sido devastadores en la gente, en la salud, en la economía, o con futuras pandemias de enfermedades infecciosas (hemos visto venir una detrás detrás de otra con cada vez mayor frecuencia: sida, ébola, SARS, zika y ahora covid-19), la lección es que tenemos que abordar las condiciones subyacentes que hacen posible una sindemia”.
Y destacó: “El riesgo de no abordar los factores estructurales es enfrentarnos con otra pandemia como la de Covid-19 en el tiempo que tome que una enfermedad existente se escape del mundo animal y pase a los humanos, como ha sido el caso del ébola y el zika, y que continuará ocurriendo a medida que sigamos invadiendo el espacio de las especies salvajes, o a raíz del cambio climático y la deforestación”.
Para Richard Horton “No importa cuán efectivo sea un tratamiento o cuán protectora una vacuna, la búsqueda de una solución para el Covid-19 puramente biomédica fracasará“.
Para él la solución sería que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente al Covid-19.
Fuente: BBC MUNDO.