TOPSHOT - Health workers move a COVID-19 infected patient to a C-130 Hercules, to be taken to the city of Concepcion, at a Chilean Air Force base in Santiago, Chile, on May 24, 2020. - Patients infected with COVID-19 are taken to other cities in the country in order to free up space in the intensive care units of hospitals in Santiago. (Photo by Martin BERNETTI / AFP)

La jefa de cuidados intensivos del hospital chileno El Carmen de Maipú, Claudia Vega, llegó el lunes al punto de tener que elegir quién ocupará la siguiente cama que se desocupe y dispone acortar las cuarentenas preventivas ante la escasez de personal.

“Estoy en este momento. Estoy eligiendo qué cama se me va a desocupar y elegir a la persona precisa, que sea más indicada”, dijo en televisión la doctora.

El subsecretario de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud, Arturo Zúñiga, admitió el lunes que el sistema hospitalario chileno, con sus 2.400 camas de uso intensivo con ventiladores mecánicos “está al límite”, a pesar de que duplicó el número de camas críticas desde marzo.

Chile, que en las últimas 24 horas sumó casi 5.000 nuevos infectados por el nuevo virus, alcanzó 73.997 contagios y 761 fallecidos.

Al momento del informe diario sobre la capacidad hospitalaria, por la mañana, sólo disponía de 332 ventiladores, según Zúñiga. El lunes llegaron 60 respiradores comprados a China y el martes se esperan más.

“Es muy fuerte… Estamos llegando a los momentos en que hay que tomar decisiones fuertes”, advirtió Vega, que resumió la situación del Hospital El Carmen. “Estamos sin disponibilidad de camas críticas, no tenemos más ventiladores. Estamos al límite”.

Zúñiga informó que en las próximas horas y días se sumarán 400 nuevas camas para pacientes críticos. En los hospitales locales ya se usan pabellones para instalar camas con ventiladores, respiradores para dos personas, los ventiladores de los anestesistas y hay adultos en camas pediátricas para pacientes críticos. Unos 800 enfermos graves han sido derivados desde Santiago a ciudades del interior.

Los médicos, enfermeras y paramédicos cumplen largos turnos y en algunos recintos ya escasean, especialmente por la duplicación de camas especiales que necesitan personal especializado para atender a los enfermos intubados. Zúñiga informó que se han contratado unas 8.000 personas para reforzar al personal de la llamada “primera línea” de los pacientes con COVID-19.

La Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, que a diario consulta a centenares de centros hospitalarios sobre su infraestructura disponible, en su informe del domingo dijo que en las cinco áreas administrativas de la ciudad el uso de camas críticas estaba entre el 96% y el 99%.

En el mismo Hospital El Carmen se dispuso que el personal en cuarentena preventiva por su contacto estrechos con funcionarios contagiados, previo examen para saber que están libres del virus, debe retornar al trabajo antes de los 14 días de reclusión dispuestos por el Ministerio de Salud porque el protocolo “está generando un déficit de funcionarios, a nuestro juicio innecesario, lo que permite asegurar un funcionamiento hospitalario razonable”.