Chichilo Viale.

Chichilo Viale es uno de los grandes humoristas de Córdoba, con una extensa trayectoria en teatro y televisión. Debutó por primera vez a fines de 1979 en teatro con Grupositorio, colectivo artístico fundado junto a estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba, y su trabajo se popularizó con la mítica obra de teatro La Papa de Hortensia, producto artístico derivado de la revista Hortensia, editada por Alberto Cognigni. Todo un símbolo del ingenio y el humor cordobés que brilló desde 1983 hasta 1987, no sólo en Villa Carlos Paz, sino a lo largo y a lo ancho de nuestro país.

La Papa de Hortensia era un relato costumbrista que sucedía en Alberdi, barrio de Córdoba capital, protagonizado por Negrazón y Chaveta, un borracho (Chichilo) y la familia de ellos.

En entrevista con Carlos Paz Vivo! Chichilo recordó su paso por el éxito más notable que tuvo lugar en el temporada de Villa Carlos Paz en los años 80’, que logró destronar a obras muy taquilleras de Buenos Aires, como La mujer del año protagonizada por Susana Giménez. También habló de su presente junto a Fernando Flaco Pailos en El circo de Pailos y lo que espera para este 2020.

-¿Cómo te diste cuenta de que querías ser artista?

-Casi de causalidad, porque yo estudiaba dos carreras universitarias: Agronomía y Análisis de Sistema. Un día tuve una lesión jugando al rugby, un problema grave en el riñón. En esa época no era como ahora que te tratan y podés recuperarte más rápido. Tuve que estar 6 meses postrado, muy quieto.  En ese momento con los chicos juntábamos plata para los viajes de estudio de la Facultad, y como yo estaba ahí en un sillón, los muchachos me dijeron que aprovechara y escribiera algo.

Escribí, les hice caso, y fundamos Grupositorio, un humor que penetra. El primer espectáculo se llamó Estupideces ensambladas. Lo hicimos primero en la Facultad para ganar unos mangos. Justo nos fue a ver un productor del Teatro Córdoba, el Gato Mastronardi, le gustó el espectáculo. Así fue como llegamos a ese teatro, primero era por una sola presentación.

-¿Cuánto se quedaron en ese teatro?

-Fueron 8 meses de funciones. Se promocionó como “los estudiantes de la UNC haciendo humor”. Estuvimos dos años trabajando con el grupo y después decidimos seguir estudiando. Pero cuando decidí dejar el teatro, me agarró el Gringo Cognini de la Revista Hortensia y me preguntó si quería hacer la Hortensia teatral. Me propuso hacer de borracho. Al principio le dije que no porque no era actor, que era solo estudiante, pero al final me animé y del borracho seguí hasta lo que soy hoy.

-Un gran recorrido hecho…

-Sí. En la primera obra teatral que se llamó Hortensia se divierte, el borracho no hablaba, solo gesticulaba. Y en el segundo espectáculo, La papa de Hortensia (1984), que fue el gran éxito histórico de Carlos Paz, ya tenía una participación con texto y todo. Fue un récord nacional. No había lugar donde fuéramos y no metiéramos 1600 personas.

Gran éxito nacional

-¿Quiénes guionaban el espectáculo?

-Cognini murió y no alcanzó a ver el éxito de la obra. Miguel Ruiz Moreno fue quien escribió el furor nacional. Fue un golpe inesperado para los artistas de Buenos Aires que venían a Carlos Paz a hacer temporada y se encontraban con una obra de Córdoba, con actores desconocidos que arrasábamos con todo. De hecho, le sacamos mucha diferencia en venta de entradas a Susana Giménez que venía con La Mujer del año en el Teatro del Lago, y mucha más diferencia a Alberto Olmedo con El bicho tuvo la culpa dirigida por Hugo Sofovich, que se presentaba en el Teatro Bar.

-¿Quién lo producía?

-Giordano. Las más grandes producciones de Villa Carlos Paz siempre tuvieron que ver con ese apellido. Fue Cacho Giordano, papá de Eduardo Giordano, actual productor. Ellos apostaron por el talento local. Nuestro boletero era Brunito, un gran personaje de la revista Hortensia. “Anótese un poroto”, decía, y repartía un folleto que tenía un poroto pegado ¡Se tomaba el tiempo de pegar un poroto a cada folleto!

-¿Cuánta gente los iba a ver?

-En el antiguo teatro Yolanda, hoy Galería Strada, metíamos 1600 personas todos los días. Llegamos hasta Ushuaia con la gira nacional, y trabajábamos de lunes a lunes.

El circo de Pailos.

-¿Cuál creés fue la clave de ese éxito?

-Generamos una línea de humor de la cual se desprendieron muchos otros artistas, o más bien que cultivaron otros artistas como El Negro Álvarez, Cacho Buenaventura, Doña Jovita, aunque el Negro comenzó antes con el Dúo Argentino, donde hacía música y humor. En Córdoba capital ya había un teatro muy instalado de la mano de Miguel Iriarte, con San Vicente Súper Star, 15 caras bonitas, Eran 5 hermanos, entre otras. Pero en Carlos Paz, el teatro comercial cordobés arrancó con La Papa de Hortensia, y como antecedente, Raúl Ceballos y su Doña Rosa.

Con La papa, nosotros llegamos a cobrar, el último lugar del pullman (ubicación de butacas en la parte superior de una sala) al mismo precio que un lugar pegado al escenario. Incluso, en esa época vendíamos ubicación en escalera, era muy gracioso.

En Córdoba y Buenos Aires

-¿Cómo siguió tu carrera a partir de eso?

-Vino La Cañada (historia que sucedía en Barrio Güemes, El abrojal de Córdoba) con la cual teníamos más de mil espectadores también, un fenómeno nacional. Después vino la obra Huevos y pescados en Teatro Carlos Paz que fue muy exitosa. El Festival del Chiste, con Silvia Süller, en el momento en que ella era todo un ícono, Carlos Sánchez y Beto César que eran los cortineros de la revista que hacíamos. Nos venían a ver también alrededor de 1600 personas por día. Hicimos 80 funciones. Después llegaron mis unipersonales, que también fueron una apuesta muy interesante.

-¿Cómo vivís la actual temporada junto a El Flaco Pailos y Willy Magia en El Circo de Pailos? Se destaca mucho tu clown en esta propuesta…

– Yo me formé mucho aprendiendo de grandes, leí mucho y vi mucho teatro. Tuve la suerte de compartir muchos momentos con Marcel Marceau cuando era el encargado de Relaciones públicas del Teatro de la Ciudad. A mí me ayuda mucho el gesto, disfruto hacer mi clown. Además, a diferencia de otros humoristas me gusta desplazarme por el escenario. No me puedo quedar paradito contando chistes. Y con El Flaco y Willy me siento muy a gusto trabajando y nos va bien.

Somos una de las obras de Córdoba a la que mejor le va con el público, teniendo en cuenta hay más de 60 obras en cartel. Es cierto que con el Flaco, el 80% del tiempo estamos en Buenos Aires trabajando, pero lo nuestro es de acá. Juntos hacemos un espectáculo de 7 puntos para arriba que la gente disfruta.

-¿Qué cosas sentís te quedan por hacer?

-Cine, me gustaría que me dirija Juan José Campanella, a quien admiro y es un gran profesional.